sábado, 27 de febrero de 2010

Las tragedias de Haití por Fred E. Foldvary,


Fred E. Foldvary, Profesor en Ciencias Económicas, EE.UU. de America
25 de enero 2010

La mayor tragedia del terremoto del 12 de enero de 2010 en Haití es que la devastación se debió más a fallas humanas de la catástrofe natural. El terremoto que afectó a la bahía de San Francisco en 1989 fue tan fuerte, haciendo que el puente de la bahía de romper, pero sólo mató a 63 personas.
Antes de que los españoles llegaron, la isla de la Hispaniola se había dividido en comarcas, y las dos occidentales, Jaragua y Marien, se convirtieron en Haití.
La primera tragedia de Haití comenzó con la llegada de los españoles, que enfermó, esclavizó y mató a los indios nativos.

La segunda tragedia de Haití fue la importación de esclavos africanos por los españoles. Los piratas franceses y colonos llegaron a Haití, el Tratado de Ryswick de 1697 dividió la Hispaniola entre España y Francia. Muchos colonos franceses más llegaron y las plantaciones establecidas productoras de azúcar, café y añil, eran sostenidas con el trabajo esclavo.

Una rebelión de esclavos, inspirados por los ideales de la Revolución Francesa, lucharon contra el gobierno francés desde 1791 hasta 1803. El ejército liberador estuvo el mando del general Toussaint L'Ouverture. La Asamblea Nacional francesa abolió la esclavitud en las colonias francesas en 1794; pero Napoleón envió tropas para recuperar el control francés.

El general francés Charles Leclerc invitó L'Ouverture a una reunión. Pero lo secuestró y lo envió a Francia, donde fue encarcelado y murió en 1803. Unos 50.000 soldados franceses murieron en el intento de recapturar Haití. La cifra de muertos por los rebeldes fueron 100.000, Otros 24.000 colonos europeos también perecieron.

Jean-Jacques Dessalines llevaron a los Toops de Haití a la victoria contra los franceses. Los Haitianos proclamaron la independencia el 1 de enero de 1804, dándole al nuevo país el nombre de en Haití, propio de uno de los grupos de taínos de la isla. Varios miles de colonos franceses huyeron, llevando a sus esclavos con ellos, y se establecieron en Nueva Orleáns, que tuvo el efecto duradero de fortalecer la cultura francesa en el Sur de esa región.

En lugar de dar la bienvenida a Haití como país independiente en el hemisferio occidental,, el gobierno de EE.UU. lo rechazó. El Presidente Thomas Jefferson, temiendo que la revuelta de los esclavos de Haití pudiera provocar una rebelión de esclavos de América, impuso un embargo comercial a Haití, que duró hasta 1862. Irónicamente, la independencia de Haití dio lugar a el nacimiento de los Estados Unidos de América como una potencia continental. Sin Haití, el territorio de Louisiana era difícil de defender, y en lugar de ser rentables, como era Haití, Louisiana era costosa de administrar por Francia. Ésta necesita fondos para la guerra contra Gran Bretaña y Napoleón vendió la Louisiana a los Estados Unidos en 1803. Sin embargo, los EE.UU. no respondió con un reconocimiento de gratitud a ese aporte, sino con una suma de barreras al comercio.

La tercera tragedia de Haití comenzó cuando en lugar de establecer la democracia, Dessalines expulsó y mató al resto de los europeos, y se convirtió en un dictador. Haití fue instrumental a la lucha de las colonias españolas por su independencia, asistiendo al que seria el Libertador Simón Bolívar. En 1822, el presidente haitiano Jean Pierre Boyer conquistó el lado español de la isla y liberó a los esclavos. Pero también sujeto a los trabajadores haitianos pues a los campesinos se les prohibió salir de las tierras agrícolas.

La cuarta tragedia comenzó en 1825 cuando el rey Charles X de Francia envió tropas a la reconquista de Haití. El Presidente Boyer firmó un tratado por el que Francia reconoció la independencia de Haití a cambio de un pago de 150 millones de francos de oro. Cifra que redujo en 1838 a 90 millones. Presuntamente fue una compensación por el lucro cesante de la esclavitud, pero no ninguna indemnización hubo para los esclavos. El lucro cesante era en verdad salarios robados a los esclavos y la renta de la tierra robada antes a los indios. Con la economía todavía en ruinas por la destrucción durante la rebelión, los recursos que podrían haberse invertido en el desarrollo de la economía del lugar se enviaron en el extranjero.

Los Estados Unidos reconocieron la independencia de Haití en 1862 y envió a Frederick Douglass como ministro consular. Hubo varias intervenciones más tarde por las fuerzas americanas y europeas. Desde 1915 hasta 1934, los militares de EE.UU. ocuparon la isla. Ellos construyeron la infraestructura mediante el trabajo forzado; pero muy poco hicieron para establecer una democracia auténtica.

La quinta tragedia de Haití se produjo en 1957 con la elección del Dr. François Duvalier como presidente. "Papa Doc" se convirtió en un dictador y gobernó hasta su muerte, 1971. Su hijo Jean-Claude "Baby Doc, gobernó hasta 1986 . La violencia, la corrupción, y la turbulencia política continuó con la elección de Jean-Bertrand Aristide en 1990, que más tarde fue derrocado y luego regresó.

La sexta tragedia de Haití ha sido el medio ambiente. Los franceses empezaron a desmontar los bosques para hacer lugar a sus plantaciones. Más tarde, casi todos los bosques fueron talados para usarlos como combustible, lo que ha causado la erosión, inundaciones y la pérdida de fertilidad de la tierra. Una razón importante para haya tantos pobres en Haití es el agotamiento de sus suelos. Gran parte de su comida es ahora importada.

La tragedia económica de Haití está vinculada a su tragedia política. Jefes corruptos han desviado mucho de la riqueza producida a pocas manos. La ayuda externa masiva, que constituye un tercio del presupuesto del gobierno, no ha creado prosperidad, porque no se han corregido las causas políticas, ambientales y económicas de la pobreza de Haití. El gobierno de Haití también ha tomado prestamos del FMI y el Banco Mundial, y la compensación de servicio de la deuda aumento en los años en que gobernara Doc.

Haití era rico cuando era una colonia francesa. La pobreza del país se originó en 1825, cuando tuvo que pedir prestado a los bancos franceses para pagar bajo coacción la deuda de indemnizatorioa arriba mencionada. Gran parte de la agitación política en Haití se debe a que la riqueza generada va a los extranjeros pagando su deuda.

El Banco Nacional de la República de Haití se enredó con los bancos de EE.UU. para la financiación de los ferrocarriles en Haití. Empresas de EE.UU. presionaron al presidente Wilson a tomar el control de aduanas de Haití, para apropiarse de los ingresos recaudados en conceptos de aranceles. Así se creó la séptima tragedia de Haití: la intervención imperialista de los Estados Unidos, en especial la invasión de los marines de EE.UU. en 1915 para asegurar los intereses financieros de EE.UU..

Cuando la Primera Guerra Mundial comenzó en 1914, los marines EE.UU. entraron en la capital, Port-au-Prince y tomaron 500.000 dólares, haciendo que Haití dependiera de los EE.UU. para el uso de su propio dinero. Los EE.UU. fortaleció su control en 1915 con la ocupación por el Cuerpo de Marines de EE.UU., con el fin de pagar a los acreedores EE.UU.. Préstamos de Haití para pagar los antiguos propietarios franceses fueron comprados más tarde por los prestamistas EE.UU.. El ejército de EE.UU. compelió a la fuerza a los haitianos a seguir pagando en concepto de rescate por liberarlos! Cloro, con sus amos norteamericanos Estas obligaciones se cancelaron en 1947.

La octava tragedia de Haití ha sido el terremoto más devastador que haya sufrido. Bien esta la provisión inmediata de alimentos, ayuda médica, y la seguridad. Pero los EE.UU., Francia y otros países , vista la historia que hemos relatado, deben asumir su responsabilidad por su papel en la creación de la pobreza en Haití.

En primer lugar, los EE.UU. y otros países deben eliminar todas las barreras a las importaciones procedentes de Haití. En segundo lugar, deben promover la estabilidad política, el imperio de la ley, y la verdadera democracia mediante la promoción de la democracia local y desde abajo. En tercer lugar, los haitianos deben reducir la corrupción mediante la creación de una nueva fuerza policial bien paga y dedicado a la seguridad y no al soborno. En cuarto lugar, los haitianos deben establecer un verdadero mercado libre sin restricciones arbitrarias para el establecimiento de empresas, y eliminar los impuesto al trabajo, al comercio, a las empresas, usando como ingreso público el pago del valor de la tierra por sus ocupantes y usuarios con mas lo que deban pagar en concepto de tasas a los contaminadores del ambiente.

Con la libertad económica y este sistema de recursos fiscales fluiria la inversión en Haití , haciendo prosperar la economía, como ocurrió durante los días de Francia. DE este modo la riqueza que se produzca beneficiaria a quienes la producen y asi los haitianos serían finalmente liberados de la esclavitud, la dominación extranjera, y los tiranos.


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Copyright 2010 por Fred E. Foldvary. Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este material puede ser reproducida o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio, sea electrónico o mecánico, que incluye pero no se limita a la transmisión por fax, fotocopia, grabación, cambio de claves, o utilizando cualquier almacenamiento de información o sistemas de recuperación, sin dar plena de crédito a Fred Foldvary y el Informe de Progreso.
Ver también:
http://www.progress.org/2009/traffick.htm

miércoles, 24 de febrero de 2010

Desde Londres el Presidente de la International Union for Land Taxation and Free Trade se suma a la polemica y dice:


Querido Héctor Sandler:
He leído tu excelente artículo contestando el editorial del EL ENFITEUTA. No sé, porqué no lo dices, quien escribió ese editorial. Tampoco me interesa mucho saberlo. Será uno de los tantos “Simuladores del talento” (como los llamaba Raúl Gónzalez Tuñón) que abundan en la Argentina. Repiten como loros las estupideces que han escuchado, sin tomarse el trabajo de ponerse a pensar. Como aquel otro – de cuyo nombre no quiero acordarme – que escribió un libro sobre los diferentes destinos de Canadá, Australia y Argentina, pero se “olvidó” del tema de la tierra, que es la diferencia fundamental (en Australia, todavía hoy el 82% de la tierra es del Estado y no se vende y en Canadá la tierra pública siempre se arrienda y la que está en manos privadas financia entre otras cosas y a través de los impuestos que soporta gran parte del sistema educativo del país). Ni en Canadá, ni en Australia, ni en Nueva Zelanda hay terratenientes que vivan solo de la renta del suelo.

Como Presidente de la International Union for Land Taxation and Free Trade, con sede en el Reino Unido y que nuclea a los mayores expertos mundiales en el tema del suelo, puedo decirte que todos ellos consideran la ENFITEUSIS de Rivadavia un hecho histórico de primer magnitud, que hubiera cambiado sin ninguna duda el destino argentino.

No creo que la ley haya sido defectuosa como tu dices. Los defectuosos fueron los que aplicaron y toleraron los abusos. La ley era magnífica.

En Hong Kong se aplicó mientras fue Colonia Británica un sistema similar ( y que se continua aplicando ahora, ya que es el que rige en toda China) que convirtió a Hong Kong en un ejemplo de extraordinario desarrollo y sin problemas de vivienda a pesar de su más de 6.000 habitantes por km² (nuestro país con 15 por km², tiene a su población amontonada en las ciudades rodeadas de vergonzosas “Villas Miseria”), pero claro al “Enfiteuta” esto no le llama la atención. El mismo sistema se aplica en Singapur, otro modelo de desarrollo extraordinario y vivienda accesible, también con más de 6.000 habitantes por km².

Nuestro “ENFITEUTA” – el de la editorial – de todo esto no sabe nada. Ni le interesa. El repite como un loro lo que viene escuchando ¡la historia de la Baring Brothers! Lo que sucedió en las ex-colonias anglosajonas, a él no le incumbe. ¿Será porque cree que los anglosajones son distintos? Además de ignorante ¿será racista EL ENFITEUTA?

Hay un libro estupendo editado por el American Journal of Economics and Sociology que se llama “Land Taxation around the World” EL ENFITEUTA debería leerlo, al menos aprendería algo. Puede obtenerse en USA. Pásale – si puedes – este e-mail y si le interesa le daré los datos.

En cuanto a nuestro país, pocos se han ocupado seriamente del tema. Aparte del frustrado intento de Roque Sáenz Peña, del gravamen que impusiera Sabattini en Córdoba – coartado por la Corte Suprema – y de intentos en Entre Ríos y Capital Federal – nunca concretados – nada se hizo, hasta 1945.

El que más afectó la renta del suelo en Argentina fue Perón, por que tenía … la fuerza (digámoslo así para ser elegantes!) para hacerlo. Lo hizo de una forma poco ortodoxa y económicamente frágil, pero de gran consecuencia inmediata sobre los bolsillos populares: la congelación de los arrendamientos urbanos y rurales y el proceso inflacionario. Esta congelación seguida de la inflación de los primeros años del peronismo, significó una transferencia de la renta de los propietarios a los bolsillos de los inquilinos y arrendatarios. La congelación de alquileres no fue hecha por Perón, pero la inflación sí y Perón era lo autosuficientemente sagaz como para negarse siempre a liberar los alquileres y arrendamiento rurales. La renta del suelo en una economía libre, representa entre el 30% al 40% del producto. En nuestro país, gobernado por terratenientes, llegaba hasta el 50%. El régimen peronista produjo una mejoría real de alrededor del 30% en el ingreso de los trabajadores. La congelación de alquileres y la inflación fueron, sin duda, parte importante de esta mejoría en el ingreso.

Lo que debió hacer Perón, es volver a las raíces Rivadavianas y gravar la renta del suelo en forma permanente. Repetir el camino que habían seguido las colonias anglosajonas. Pero era pedirle demasiado a Perón, que no era my docto en economía.

A los gobiernos posteriores les falló, en general, … la fuerza (dicho elegantemente) para hacer algo, incluso a los peronistas.

El Gobierno de Onganía dictó una excelente ley. Fue la ley 18.033 de Impuesto a las Tierras Aptas para la Explotación Agropecuaria, estableciendo un gravamen del 1,6% sobre la tierra agraria libre de mejoras. Produjo excelentes resultados, pero duró poco.

Llegó luego el General Lamusse, quién, quiso según se dice disputarle el poder a Perón y disparó la inflación… ¡pero se “olvidó” de congelar los arrendamientos!

Volvió Perón, que esta vez no hizo nada serio y luego los gobiernos posteriores tampoco. Bajo Alfonsín, el Ministro de Agricultura, Ingeniero Lucio Reca envió al parlamento un excelente proyecto de ley, estableciendo un impuesto a la tierra agraria libre de mejoras, frustrado por los peronistas.

El gobierno actual no ha hecho nada serio, salvo mantener e incrementar las retenciones, que afectan la renta del suelo, para también los ingresos de los arrendatarios y aparceros. Las retenciones son una pésima forma de gravar el campo, pero no obstante son mejor que no gravarlo en absoluto que es lo que siempre ha querido la oligarquía. En el terreno urbano, absolutamente nada.

En fin, un panorama bastante triste y mientras tanto, miles de argentinos siguen amontonados en Villas Miserias, en un país vacío y los “simuladores del talento” siguen diciendo tonterías.

Un fuerte abrazo

Fernando Scornik Gerstein
Presidente de la International Union for Land Taxation and Free Trade

Laura Muñoz Toro
Secretary
FERNANDO SCORNIK GERSTEIN Abogados & Solicitors
Tel. +34 91 350 72 62
Fax.+34 91 350 73 06

La Presidenta elogió la gestión de Macri. Buenos Aires revela también como ha crecido la República Argentina.



“Pero si uno se acuerda – y discúlpeme voy a tomar un ejemplo que a muchos no les va a gustar – pero por ejemplo vi crecer la Villa 31 desde 1995 porque fue la fecha en la que comencé a ser Legisladora Nacional. Entonces todas las semanas, desde 1995 al año 2003, pasaba semanalmente desde Aeroparque para ir a mi casa y luego a la Legislatura Nacional por la Villa 31. Yo me acuerdo que era en su origen chaperío y cartón prácticamente, y hoy, lo que es eso que a muchos tampoco les gusta, revela también como ha crecido la República Argentina.”

Cristina Kirchner

Déficit habitacional - Ciudadanía política y económica . Por Dr. Ing. Luis Clementi


Una situación que no admite excusas, la de la falta de viviendas para los argentinos. Inconcebible, además, en pleno Bicentenario …


“Algunos autores como Pezeu – Massabuau , sostiene que la vivienda constituye para el hombre una vestimenta que le permite protegerse de las condiciones externas. En la evolución de la humanidad desde el nomadismo al sedentarismo, el hombre buscó además, que su hábitat le permitiera un rápido acceso al agua, a la caza, a la madera, y más tarde se preocupó por la calidad y la productividad del suelo y de un entorno con seguridad.
Por lo tanto es natural que el hombre aspire a tener su propia casa y tal es así que nuestra Constitucional Nacional, en el Artículo 14 Bis, expresamente garantiza “el acceso a una vivienda digna”.

Sin embargo, la realidad es muy distinta.

Cuando en Argentina queremos hablar de déficit habitacional el primer problema que enfrentamos es dimensionarlo, dado que según las fuentes, las cifras difieren. Pero atento a que el motivo del presente trabajo es simplemente poner de relieve un aspecto político del problema, tomaré a los efectos, el Censo del año 2001 (donde se indicaba un déficit de aproximadamente 2.753.000 viviendas) que sumadas a la necesidad vegetativa anual (del orden de las 210.000 viviendas) y restadas las construidas en el período 2002- 2008, hace un déficit actual aproximado de 3.500.000 viviendas. El número por si solo, refleja el grave problema social que se genera y que hasta el momento, ningún gobierno lo tomó en serio como para desenvolver una verdadera “política de Estado”, tal como sucede en otras latitudes. Pero es interesante revisar un poco nuestra historia y analizar la evolución que tuvo el uso del suelo en nuestro país, tomando a la tierra como recurso básico de producción y el acceso a la vivienda. Por supuesto será un análisis parcial y de un solo factor, dado que no entraré en los aspectos que hacen a la generación de riqueza y del ahorro, la capitalización, la inversión, el acceso al crédito, a la financiación, etc.

En vísperas del Bicentenario de la Revolución de Mayo, nuestra sociedad esgrime muchas virtudes, algunos defectos y también muchas carencias. Una de ellas y que afecta a gran parte de nuestra población como dijimos, es el déficit habitacional, que adquiere niveles incompatibles con una sociedad que se precie de moderna y progresista. Una simple y odiosa comparación pone de relieve nuestra incapacidad para construir una sociedad mejor. Cuando analizamos nuestra situación, por ejemplo, con Australia y Canadá, dos países que a principios del siglo XX tenían una similar “situación” con la Argentina, comprobamos el desigual desarrollo político, social, económico y de casi todos los indicadores de progreso, y si es que en algo nos distinguimos es por habernos quedado muy rezagados.

Ahora, ¿que nos pasa a los argentinos si efectivamente estamos condenados al éxito? (y yo creo firmemente que es así por infinidad de atributos que posee nuestra sociedad, por nuestros recursos tangibles e intangibles y porque todavía está vigente el sueño de una Argentina grande y generosa para todos los argentinos y, que todavía y a pesar de tantas frustraciones, mantenemos una cierta sensación de orgullo nacional y de vocación de grandeza). Que desgracia aconteció para que nuestro tremendo potencial y crecimiento durante parte de los primeros cien años de vida institucional, se convirtieran en este casi fracaso que caracteriza a nuestro subdesarrollo. Algo falló y seguramente muchos fallamos, como así también son muchas las causas de nuestros desencuentros.

Pero la intención de este primer artículo sobre el “déficit habitacional”, es plantear un interrogante sobre un tema de fondo. Quizás, como una de las causas principales de muchos aspectos culturales que caracteriza a nuestra sociedad, donde planteamos grandes ideales, legislamos según le convenga a los grupos de poder y luego dejamos en la “intemperie” a los “convidados de piedra “ que supuestamente eran los destinatarios de aquellos nobles ideales. El problema es político pero tiene una profunda base cultural, por la cual millones de argentinos no acceden a su casa propia y están condenados a ser nómades, vulnerables y permanentes clientes del sistema político. La falta de una vivienda digna, es una de las consecuencias de no legislar para el bien común y es un problema que afecta a lo sentimientos más profundos del hombre, dado que desespera la inseguridad de no poder contar con un lugar estable, un espacio propio y digno, un “hogar” que permita al grupo familiar crecer y desarrollarse.

Miremos un poco nuestra historia. La constitución de 1853/60, estaba diseñada para generar una sociedad de hombres libres, que en un pie de igualdad pudieran a través de la cooperación fraterna, lograr que cada individuo alcance su propio y máximo desarrollo personal. En el Preámbulo y en la parte primera sobre Derechos y Garantías, se establecen claramente los enunciados de una sociedad integrada por individuos, habilitados para desarrollarse en los cuatros planos del orden social humano: el cultural, el político, el jurídico y el económico. Ahora si es así, porque todo nos salió tan mal. Seguramente no existe una sola causa y la suma de varias nos trajo hasta aquí.

En un reciente trabajo realizado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires por el Profesor Dr. Héctor Sandler y colaboradores , se sostiene que existieron tres principios fundamentales en la Revolución de Mayo: a) libertad de trabajo y propiedad sobre el fruto del trabajo; b) tierra barata para quien la necesite y c) el gasto público debía ser pagado con la renta del suelo. Este trinomio legal de la revolución de Mayo no pueden ser tratados como logros independientes, pues son indivisibles y cada uno de ellos, le da sentido a los otros dos.

Analicemos someramente cada uno de estos principios. El primero de orden social fue: “libertad de trabajo y propiedad sobre el fruto del trabajo”. La Asamblea del año XIII declaró la “libertad de vientres” y puso fin a la esclavitud. Pero en un sentido más amplio significó “ser dueño de aplicar libremente su trabajo y ser dueño exclusivo del producto del propio trabajo”. En otras palabras, era la prohibición de usar la fuerza o artimañas para apropiarse del trabajo ajeno. Este principio le otorgó dignidad moral y espiritual a la asociación humana.
Sorprende sin embargo, como comentario al margen, el trabajo que sobre la esclavitud en la sociedad moderna, realizó Kevin Bales , donde demuestra como, al mejor estilo de la esclavitud del siglo XIX, se generan mecanismos perversos que en la actualidad producen millones de “esclavos” a través de regímenes políticos, de trabajo y previsionales absurdos que provocan que las personas, sean esclavas pero sin dueños que velen por su seguridad e integridad a lo largo de su vida, en forma inversa a la actitud del “dueño” del siglo XIX.

El segundo principio: “tierra barata para quien la necesite”, se fue desarrollando en sucesivos pasos. Se comenzó por decretar que la tierra era un recurso de propiedad de la sociedad argentina. En el Congreso de 1826, se dictó la “Ley de Enfiteusis”, mal comprendida al principio y peor tratada después. Esta ley mantuvo para la sociedad la titularidad del dominio sobre la superficie terrestre de la nueva nación. Estableció a su vez, el derecho de un fácil acceso al suelo a favor de todos los habitantes, presentes y futuros, con el único cargo de pagar un arancel, promoviendo que todos y cada uno de los habitantes pudieran acceder a la tierra para producir mediante el trabajo y la inversión de capital.
El tercer principio: “el gasto público debe ser pagado con la renta del suelo”. La ley de enfiteusis estableció la correlativa obligación de pagar un canon y de monto proporcional al valor de la tierra y ponía a cargo del poseedor, la carga de trabajar y hacerla producir. De esta manera el Estado promovía la ocupación de todo el territorio y a través de los ingresos se solventaba el gasto público, se evitaba la especulación sobre la tierra y el “impuesto” que muchas veces no guarda relación con el factor de producción que posee la tierra. Paralelamente esto permitía al mismo tiempo crear y contar con un fondo creciente destinado a formar el “tesoro público”.

No puede desconocerse que estos principios enfrentaran la resistencia de la “sociedad antigua” que ya llevaba, en aquel tiempo, tres siglos de existencia. Es por ello, que a partir de la Ley de enfiteusis, unitarios y federales, entre 1830 y 1852, con el egoísta interés material de apropiarse para si todo el territorio argentino, hicieron uno de los más escandalosos fraudes de la historia, para que pocos se apoderaran y acumularan inmensas extensiones de tierra (vivaz ejemplo de la “picardía criolla”). Esta situación, fue luego “normalizada” como “propiedades adquiridas” a través del Código Civil que elaboró Dalmacio Vélez Sarsfield, y que fue aprobado en una sesión del Congreso Nacional a libro cerrado. De esta manera, los terratenientes establecidos (unitarios y federales) aseguraron para si el dominio de inmensas regiones de nuestro país. El Código Civil que fue objeto de admiración general no mereció igual aplauso por parte de Alberdi, padre de la Constitución Nacional. Así, mediante unos pocos artículos del Código Civil se introdujo el derecho antiguo de Roma, y se decretó la burla al principio constitucional que invitaba a todos los hombres del mundo a poblar el suelo argentino para vivir en libertad y del fruto de su trabajo, y con igualdad de derecho para el acceso a la tierra.

Más adelante se creyó que a través del “contrato de locación en la ciudad y el arrendamiento en la campaña”, se podrían subsanar las falencias que originaba la tenencia de la tierra, pero en la práctica, un creciente número de personas, fue condenada a vivir en lúgubres conventillos, pensiones y villas miserias. Los inmensos espacios vacíos de nuestro vasto territorio dan prueba que tampoco sirvió para poblar y desarrollar la campaña.

La Ley Saenz Peña, “un hombre un voto”, era para darle sentido pleno y eficacia al sistema electoral, que además requería una profunda reforma legal para organizar las bases de un sistema de recursos fiscales “compatible con la prosperidad económica fundada en la iniciativa particular. Orden económico necesario para poder gozar de los beneficios de la democracia, la república y el federalismo”. Con la muerte del presidente Saenz Peña el proyecto fue archivado y se impuso el criterio de la “sociedad antigua”, porque se aceptó la reforma política pero se resistieron a tratar la reforma fiscal.

Este impulso imperaba en el mundo de entonces y la Argentina no era una excepción. Los países nórdicos, sajones y germanos adoptaron las recomendaciones que a principios del 1900 realizó Henry George , sobre la base del derecho positivo y mediante reformas legales que tuvieron rápida concreción. Sus efectos se notan hoy en el desarrollo de países como Canadá, Nueva Zelanda, Australia, Dinamarca y varios Estados norteamericanos.

Alberdi, con su consejo de “Gobernar es poblar”, asignaba mayor importancia al derecho al trabajo (cuestión económica) que al derecho político (cuestión política).
En el Sistema Rentístico se afirmó una verdad hoy vigente: participar en la vida política es una opción; participar en la vida económica es una necesidad. No es lo mismo que en cada elección voten “ciudadanos” con autonomía económica que “clientes” o “esclavos” dependientes del gobierno o del sistema político. Así, por la ley electoral se concedió ciudadanía política a millones de habitantes; pero subsistió en pleno vigor el “derecho romano de propiedad sobre el suelo”, imposibilitando el ejercicio pleno de la ciudadanía económica. Se logró una insensata separación entre “ciudadanía política” y “ciudadanía económica”, desalentando e imposibilitando el derecho a acceder a la tierra y más tarde generando una falta de apego a la libre iniciativa, que como en la antigua Roma, dio paso a una ruinosa transformación del orden social.

Los “ciudadanos políticos” sin base económica real se convirtieron en “clientes” del sistema político y dependientes económicos de sus caprichos. Creo que a todos nos debiera interesar que los ciudadanos posean derechos políticos y además derechos económicos plenamente ejercidos para evitar el “clientelismo” de cualquier bandera.
¿Y en ese razonamiento, a quien le importa el déficit habitacional si los “CIUDADANOS POLÍTICOS” votan y eligen a sus representantes tal como ellos quieren? ¿A quién le importa si esos mismo “ciudadanos” no pueden acceder a las condiciones económicas que, entre otras, le permitan lograr una vivienda digna por la falta de políticas públicas adecuadas?

Cuesta ligar a la historia, la Constitución Nacional, el Código Civil y a la “viveza y picardía criolla” con el déficit habitacional. Muchos males que hoy nos aquejan, tienen una profunda raíz política y cultural convalidada por el tiempo, por la pasiva aceptación ciudadana y por un sistema político que no privilegió y no privilegia el interés general”.

1- Pezeu – Massabuau, J. La vivienda como espacio social. FCE, 1988
2- Unidad de Coordinación de Políticas de Juventud- M.D.S – G.C.B.A - Vivienda- 2008
3- Sandler, H. Ojeada retrospectiva al Bicentenario de la revolución de Mayo – Contribución Académica - Facultad de Derecho - U.B.A 2009.
4- Bales, K. La nueva esclavitud en la economía global- Madrid- México. Siglo XXI- 2000 5- George, H. – Progreso y Miseria – s/i.

(*) www.clementipropiedades.com
www.bellcomingenieria.com.ar
www.luisclementi.com.ar

El Doctor e Ingeniero LUIS CLEMENTI, reúne una dilatada experiencia en temas vinculados a la vivienda. Preside la inmobiliaria que lleva su nombre, e integra en carácter de alto Directivo, la Empresa BELLCOM Ingeniería (*). Escribió la presente nota, titulada “Déficit Habitacional - Ciudadanía política y económica”, especialmente para ENFOQUES POSITIVOS.

domingo, 21 de febrero de 2010

El Grupo Progreso invitó al ingeniero Guillermo Andreau, quien se refirió al Relativismo jurídico y a los verdaderos principios de la Revolución

El Grupo Progreso invitó al ingeniero Guillermo Andreau, quien se refirió al Relativismo jurídico y a los verdaderos principios de la Revolución de Mayo


VIOLENCIA Y RESPONSABILIDAD INTELECTUAL.
EL OCULTAMIENTO DEL IDEARIO DE MAYO.

La Revolución de Mayo se hizo para evitar que hubiera “propietarios privados del suelo a perpetuidad”.

Video del evento

UN GRITO A LA LIBERTAD Atentado contra la AFIP Americana


Joseph Andrew Stack, quien, al parecer, acuciado por las deudas y la presión impositiva, decidió subirse a un avión y terminar con su vida con un ataque calcado del de las Torres Gemelas. Pero, en su caso, eligió como blanco la sede distrital de sus pesares: la oficina regional del Servicio de Impuestos Internos (IRS, por sus siglas en inglés), versión local de nuestra Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).

Dijo Joseph en su carta:"Leí alguna vez que la definición de locura es repetir el mismo proceso una y otra vez, y esperar que el resultado de repente sea diferente. Finalmente, estoy dispuesto a poner fin a esta locura", decía la nota, firmada por Joe Stack. Y añadía: "Bien, señor Gran Hermano de la IRS -AFIP Argentina-, probemos algo diferente; tome mi alma y que duerma bien". "He decidido no ignorar por más tiempo lo que sucede a mi alrededor", se lee en la misiva. "He decidido que no seguiré más el juego 'las cosas son así'. Se acabó, estoy harto".

Comentarios de lectores de La Nacion.com
rubfel
19.02.10
13:08
Porque esta actitud me hizo recordar a la de algun personaje de "La rebelión de Atlas ",(Aynd Rand ). En Argentina existirá un John Galt ?

guichard2211
19.02.10
11:10
Este señor es un PATRIOTA, y el acto supremo que cometio se enmarca dentro la Bill of wrights y el espiritu emancipador de los padres fundacionales de la nacion americana. La prepotencia estatal debe ser repelida como lo hizo este buen hombre. QEPD

Jesús y el cristianismo primitivo lucho contra el "sistema tributario romano" para reponer el "Sistema Rentístico mosaico".

El Liberalismo Clásico y las 4 grandes Revoluciones -la Inglesa, la Americana, la Francesa y la Argentina- que origino, se basó en terminar con el perverso sistema tributario -vigente aun hoy- para ser reemplazado por el Sistema Rentístico como fuente de los recursos de los Estados.

La crisis Económica Internacional, el ataque al edificio de la AFIP y los nuevos acontecimientos que se sucederán presagian la ruptura del antiguo y perverso régimen tributario. Hombres como Belgrano, Rivadavia, Adam Smith, Quesnay, Alberdi y tantos otros, tendrán finalmente su lugar en la historia.

El triunfo de los tartufos en la "peregrinacion de luz del dia" de Alberdi

POLÍTICOS CARROÑEROS

Entendemos por la palabra carroñar, “causar roña o infectar con ella al ganado lanar”, por carroña, “persona, idea o cosa ruin y despreciable” y por carroñero, “perteneciente o relativo a la carroña”.

Los políticos carroñeros son los que:- causan roña en la sociedad;- la infectan ideando malvados que se apoderan del trabajo de argentinos pobres;- promueven el enfrentamiento social y la violencia;- esgrimen los derechos y rechazan los deberes;- participan en el crimen organizado de corrupción;- violan las leyes y destrozan los valores morales y éticos.

Conforman mayoritariamente el grupo carroñero, miembros del gobierno en funciones y sus asociados políticos y económicos; la dirigencia viciada de la corporación sindical; los llamados movimientos sociales y piqueteros; los populistas; algunas corrientes de izquierda y pseudo intelectuales ansiosos de cargos públicos bien remunerados.

¿Que frutos dan a la sociedad argentina los carroñeros? Los inevitables:- estancamiento económico;- desocupación y caída de salarios;- crecimiento del número de pobres;- explosión de la indigencia;- destrucción de la educación, la salud y de los valores ciudadanos.

Los carroñeros son despreciables; son enemigos de la ciudadanía y la repelen. Si siguen en el poder, Argentina seguirá en la decadencia.

Dr. Marcelo Castro Corbat

segundarepublica@fibertel.com.ar
www.segundarepublica.blogspot.com



El gran triunfo de Néstor Kirchner Jorge Fernández Díaz

viernes, 19 de febrero de 2010

LA REVOLUCION DE MAYO ESTA PENDIENTE DE EJECUCIÓN


He leído el escrito El Enfiteuta y me siento obligado a disipar los errores que contiene..
Se dice en el editorial del EL ENFITEUTA que “tal vez la Ley de Enfiteusis de Bernardino Rivadavia sea el primer ejemplo del fracaso estruendoso de una medida de política agropecuaria ". Se afirma, en ese editorial , que “en 1826, las tierras públicas se encontraban inmovilizadas como garantía del empréstito Baring. Rivadavia necesitaba recursos para fondear la guerra con el Brasil y las tierras públicas podían ser una fuente de recursos.”
En otras palabras, los patriotas de Mayo, y nada menos que quien es considerado como el más grande civil de los argentinos, Rivadavia, solo habría sido uno de los primeros casos de los quebrados gobiernos argentinos que caracterizan la última parte del Siglo XX y comienzos del XXI. Aquella afirmación es un disparate, aunque – para ser justos – es un infundio muy propagado y sospechosamente sostenido por políticos e intelectuales de nuestro país. .

El editorialista cita de manera muy general a Jacinto Oddone. Las cosas no son como se las describe en ese editorial e importa mucho aclararlo. No solo por mero afán de verdad histórica sino porque en la prédica contra la ley de enfiteusis (que sin duda fue muy defectuosa ) , se esconde la defensa de un pésimo régimen de acceso a la tierra. Cuestión gravísima para un país vacío como el nuestro y para el que Constitución Nacional ordena poblar su inmenso territorio. El Preámbulo dice que la Constitución es dictada “para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino” dispuestos a vivir de su trabajo. Nada más alejado de ese mandato que la realidad actual.

La verdad histórica es que a los principales actores de la Revolución de Mayo de 1810 más que la independencia pretendían les importaba una "revolución social” en esta parte del Virreinato. La meta de la independencia apareció más tarde y como consecuencia de la impertinencia del dominio imperial, que no atendía a ninguna de las demandas revolucionarias. Las propuestas de Vieytes (1805) o de Mariano Moreno (1809),entre otras, no hablaban de “independencia”, sino de necesarias transformaciones del orden social, en especial del orden económico.
Bregaban contra los monopolios y por el librecambio, como se decia entonces o, como hoy se dice mejor, por un orden en el que los procesos económicos fueran dirigidos por mercados en libre competencia.

Esto se observa nítidamente en los escritos “pre-revolucionarios”. Patente en dos grandes transformaciones del orden social impulsadas por quienes eran efectivamente revolucionarios, los que a cada paso debían vencer la resistencia de los reaccionarios de entonces. La revolución social de Mayo apuntó a dos grandes ideales de la modernidad en materia económica: libertad de trabajo y tierra libre para los habitantes. Ambos ideales eran incompatibles con la concepción española. La misma que perduró en España hasta avanzado el siglo XX.

Echemos un vistazo a la forma en que la revolución de Mayo pretendió concretar los ideales políticos de la modernidad. Esos ideales recién comenzaban a experimentarse y apenas en un par de países en el mundo entero y no siempre con éxito completo. En los EEUU, en 1776 (quien sin embargo cargó con la hipoteca de la esclavitud hasta casi el fin del siglo XIX) y en Francia, en 1789, país que, sin embargo, pasado el vendaval de la revolución, a poco andar, recayó en el antiguo régimen.

La Argentina, mejor dicho Buenos Aires, fue quizá el único lugar del mundo de aquella época en que se pretendió a conciencia concretar los dos ideales básicos de la modernidad: a) que cada hombre fuera el dueño del fruto de su trabajo y b) que todos los hombres tuvieran igual derecho para acceder a la tierra. Veamos cómo los revolucionarios trataron de avanzar en ese camino

1) Libertad de trabajo. ¿Puede dudarse que la Revolución de Mayo tuviera como propósito poner fin a la esclavitud? Esta eliminación equivale a sostener que cada hombre debe de vivir del fruto de su propio trabajo. En el mundo solo cuarenta años después ( c.1856) comenzó a concretarse este ideal en el derecho internacional descalificando la trata de esclavos. Fue nuestra primera Asamblea, conocida como la Asamblea del Año XIII, (1813) la que declaro la "libertad de vientres". No puso término inmediato a la esclavitud, milenaria institución de la humanidad, sino que lo hizo prudentemente. Nadie, a partir de lo legislado por la Asamblea nacería esclavo en esta tierra. ¿Se comprende la revolución que esto implicaba?.La reacción local también existía. Lo resuelto por aquella asamblea quedo sin efecto bajo la dictadura de Rosas. Pero ese ideal revolucionario de Mayo revivió tras su derrocamiento y quedó definitivamente estampado en la Constitución nacional de 1853.

2) Igual derecho a la tierra para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino. En 1813, alimentada la opinión revolucionaria por las ideas traídas en 1794 por Manuel Belgrano, se prohibió la venta de las tierras publicas, la mayor parte del territorio argentino. Propulsado por Rivadavia como Secretario de Gobierno, el 1º de Julio de 1822 se dictó un decreto que cerró las puertas al derecho de romano propiedad sobre la tierra. Inspirado revolucionario, Rivadavia como los patriotas de Mayo, encarnaba la idea de los Fisiócratas. A partir de esta concepción , ya en 1822 por Decreto del 1º de julio se adoptaron dos medidas fundamentales: a) Por el artículo 1º se prohibía la venta de la tierra pública; b) por el artículo 2º se disponía que los terrenos solicitados por los habitantes para su uso y trabajo serian entregado en “enfiteusis”. Los patriotas revolucionarios de Mayo INVENTARON LA EFITEUSIS PUBLICA. Institución radicalmente revolucionaria (lo sería aun hoy) por la cual quedaba erradicado el derecho de propiedad privado sobre la tierra. La tierra no podía ser tratada comop un “bien comerciable” (como lo es actualmente). La ley estableciendo la nueva institución fue dictada por el primer Congreso argentino, celebrado en 1826.

En este punto conviene seguir aclarando las cosas. En Roma desde el Siglo V existía una institución llamada “enfiteusis”. Por eso, al estilo romano, también se la encuentra entre en la época colonial en America. Pero el invento argentino nada tiene que ver con la enfiteusis romana. En Roma la enfiteusis era efecto de un contrato privado. Para poder celebrarse requería la existencia de un “propietario particular de la tierra”, mientras que los revolucionarios de Mayo, justo a eso se oponían. La Revolución de Mayo se hizo para evitar que hubiera “propietarios privados del suelo”.

La enfiteusis romana emergía de un contrato semejante al alquiler. El propietario del suelo “arrendaba”, tierra de su propiedad particular por el pago de un precio, generalmente anual, que debía pagarle a él el "enfiteuta". El invento argentino importó un cambio radical: negar la posibilidad de un derecho de propiedad particular sobre la tierra a perpetuidad. Desde las primeras disposiciones revolucionarias se consideró al “territorio patrio” como el perpetuo recurso material y económico de vida para todos los habitantes existentes y los por venir. Condición indispensable para poder invitar a “todos los hombres del mundo a poblar nuestro país”

De este modo era “la Patria” la que, mediante sus gobiernos, entregaría la tierra en "enfiteusis" a quienes la necesitaban para vivir y trabajar. La Patria, mediante la Ley de Enfiteusis , remedaba la palabra de Dios: “Esta tierra es mía y os la doy para que la trabajéis. No se apropien de ella porque sois mis inquilinos” (Levítico 25: 23). Andrés Lamas (intelectual y estadista uruguayo) calificó de genial al invento argentino y su compatriota Herrera y Reissig la destacó como la más notable institución jurídica creada para que todos los hombres del mundo, en pie de igualdad, pudieran habitar su suelo. Como diría Echeverria, con esta ley se cumplía uno de los mayores valores humanos: la fraternidad, pues con aquella igual y en uso cada uno de su libertad, la hermandad humana dejaba de ser una recomendación para ser realidad. Léase del “Dogma Socialista”.

La tierra estaba a disposición de todos. Decisiva condición para que abolida la esclavitud y los hombres fueran efectivamente libres. ¿De que vale la cacareada libertad política si la mayoría de los hombres de trabajo, por el sistema de propiedad de la tierra romano, debían contentarse en ser “inquilinos” de un pequeño puñado de otros hombres, los propietarios de la tierra? Por esta razón Alberdi en su Sistema Rentístico, daba mayor importancia a la participación del ciudadano en la economía que en la política. Propugnarlo al revés era, para él, poner el carro delante de los caballos. ¿No esta ocurriendo así entre nosotros generando la malsana planta del “clientelismo”?

Tierra a disposición de todos, sí. Pero no gratis. Para usar de ella, además de ocuparla, había que entregar parte de los producido por el trabajo a su genuino propietario, la Patria argentina. Se llamó un canon. Pagarlo responde al mismo principio por el que hoy se paga un “peaje” para estacionar el automóvil en la playa de estacionamiento. El canon debía ser un tanto por ciento del valor de mercado del suelo libre de mejoras. Casi 100 años después, otros autores, vulgarizaron a esta idea haciendo de ella un programa político revolucionario con el nombre "single tax" o "impuesto único".

La ley de Enfiteusis fue el mayor acto revolucionario de Mayo: pero como todo acto nuevo lleno de defectos. Para colmo amenazada por los codiciosos. No se puede pedir que fuera perfecta. Pedir esto revela padecer de idiotez semejante al que sufre quien se preguntara,¿Por qué Ford no fabrico de entrada y directamente un automóvil como el actual Focus en vez de construir ese armatoste que llamó Ford-T?
La idea de la enfiteusis argentina era fantástica; pero necesitaba ser aplicada, ensayada, experimentada y mejorada con el paso del tiempo. A este necesario proceso lo impidió la reacción proveniente de los terratenientes de entonces. Los encumbrados socialmente que, tras derrocar a Rivadavia, usaron aquella ley para acaparar desvergonzadamente para unas pocas familias a todo el territorio argentino.

El ocupante de cada predio debía que pagar , según la ley, (hablo en lenguaje actual) un tanto por ciento del valor de mercado de la tierra libre de mejoras, variable de año en año, conforme al aumento de población y demanda de tierra. La idea era (y es) genial. Con el ingreso recaudado por el cobro del canon se soportaría el gasto público. Nada de impuestos al trabajo, a la producción y al consumo. Esta manera de formar el "tesoro público" producía, un doble efecto: a) por una parte evitaba el “despilfarro” , a los que tan proclives son los gobiernos. b) Si, como era lógico, el gobierno y la sociedad necesitaban contar con mayores ingresos, la principal preocupación de todo gobierno (y esto vale hasta hoy), debía ser poblar el país. Alberdi, heredero moral e intelectual de Echeverria y de la Revolución de Mayo, lo acuño en famosa (pero no comprendida frase): "gobernar es poblar".

Una gran estafa a la Patria concebida por los revolucionarios de Mayo fue cometida por algunos hombres encumbrados en el poder después de derrocado Rivadavia y – aunque suene a paradoja – continuada por quienes siguieron en el poder después de derrocado Juan Manuel de Rosas. Ambos usaron la Ley de Enfiteusis para acaparar sin recato ni vergüenza toda la tierra argentina. Jacinto Oddone, a quien cita el editorial que comentamos, reconoce que más del 95% de la tierra argentina estuvo y está en menos del 1% de la población. En “fraude legis” aprovecharon la ley de enfiteusis federales primero y los unitarios después En 1857 fue derogada. Ahora para proteger los intereses de los comitentes de ese latrocinio, a libro cerrado, en los 1860 se aprobó el Código Civil. Este codigo - básico para el orden social - en contra de los ideales de Mayo implantó el derecho romano de propiedad privada sobre la tierra. Lo dice Vélez Sarsfield en el párrafo quinto de la nota al Titulo IV, De los Derechos Reales. La Argentina social se partió en dos grupos, ingeniosamente distinguidos al Centenario por la señora Casares, cuando sostuvo que en nuestro país había dos clases de personas: las inteligentes, que compran tierra y las estupidas, las que la venden. División que anticipaba la emergencia de la legión de los “ familias sin tierra” que merodean en todas las ciudades del país.

El distinguido presidente Roque Sáenz Peña es recordado por su ley dictada por su ley alentando a que “quiera el pueblo votar”. Es la base política de la democracia. Pero nadie menciona otro hecho más importante. Convencido Sáenz Peña que no hay democracia sin ciudadanos con tierra barata y al alcance de todos, en 1912 reprodujo, a su manera, los principios de la Ley de Enfiteusis. Junto a la ley para el voto obligatorio propuso otro proyecto de ley creando el “impuesto al valor de la tierra libre de mejoras”. Esta ley no fue tratada. Fallecido Sáenz Peña, fue archivada para siempre.

Quienes lo archivaron eran semejantes a los hicieron fracasar la ley de Enfiteusis. Son aquellos que en 1932, necesitado el Estado de recursos, en lugar de volver a los principios de la Ley de Enfiteusis, inventaron - contra lo que establece la Constitución - el "impuesto a los réditos". O sea contra el trabajo y la producción. Dictaron esta ley por una supuesta emergencia y de modo provisorio, solo para 3 años. Se aprovechó para crear la DGI nacional, una "policía inquisitiva" para quien todos los “negocios privados” son públicos, en contra de lo establecido por artículo 19 de la Constitución Nacional,

Los gobiernos centralistas y autoritarios le tomaron el gusto al nuevo sistema. Es más fácil exaccionar a indefensos trabajadores y productores obligados “declarar en su contra” – amenazados con el Código Penal - que hacer oficinas de catastro, registrar y valorar sistemáticamente al tierras rurales, especialmente las urbanas. En cambio parece duro obligar a los propietarios del suelo de la tierra a abandonar un inmoral negocio: especular con la tierra que los demás también necesitan. Dato dramático: al vencer el plazo de 3 fijado en 1932, en un tris tras se lo prorrogó por otros 10 años más. Así se forjo entre gallos y medianoche la cepa del actual hasta “texto ordenado” de leyes impositivas. “Madre de todo el sistema de impuestos" actual. El que arruina a la Argentina. El que destruye a empresarios, trabajadores, inversores de capital y vacía el bolsillo de los consumidores. Todos se quejan de los efectos, pero nadie cuestiona el sistema. En este pantano estamos.

Flaco favor se hace a la democracia, al derecho, a los trabajadores, empresarios y productores argentinos repitiendo como loro la leyenda que finca el origen de la Ley de Enfiteusis en el préstamo Baring Brothers. Revela pereza intelectual y estar ganado por la ideología de intereses egoístas, los que logran ser ricos apropiándose para si de la renta del suelo y con ello del trabajo ajeno. De modo harto paradójico, estancieros, chacareros, peones, inquilinos, "okupas”, villeros y los intelectuales en general , aceptan sin chistar el sistema. La ignorancia del proyecto de Mayo los iguala. Cambiar esta “conciencia social” es la menuda labor que tienen por delante los políticos sinceramente democráticos

No iluminar sobre el profundo sentido de la principal ley de la Revolución de Mayo es contribuir a la derrota del pueblo argentino y hacer de la democracia un sistema político inviable. La abolición de la legislación de Mayo ha sido la matriz de la pobreza argentina , del clientelismo y la corrupción institucional, especialmente de la moneda.
Hacerse cargo de lo que he expuesto es el reto que pesa sobre todo aquel que quiera rendir homenaje al Bicentenario de la aquella revolución. Revolución aun hoy pendiente. Celebraciones que no se ocupen de esto, es cháchara.
Héctor Raúl Sandler
Profesor de Derecho, UBA

miércoles, 17 de febrero de 2010

Pobreza y ordenamiento civil del Catolicismo Romano . Por Henry George.

Estamos tan acostumbrados a la pobreza que incluso en los países más avanzados la consideramos como algo natural de las grandes conglomeraciones. Tan naturalmente la tomamos que incluso, en los grupos más avanzados un número considerable de gente no sólo no tiene acceso a la salud, sino que la mayoría subsiste de manera precaria haciendo un durísimo esfuerzo.
Hay profesores de economía política que enseñan que este estado de cosas es el resultado de las leyes sociales de las cuales es inútil quejarse! Hay ministros religiosos que predican que ésta es la condición que el Sabio, Creador Todopoderoso destinó para sus hijos!
Si un arquitecto fuera a construir un teatro en el cual sólo una décima parte de la audiencia pudiera ver y oír, habría que pensar que el arquitecto es un atorrante.
Si un hombre diese una fiesta y proporcionara alimentos a una décima parte de los invitados y los demás se quedaran con hambre, se diría que semejante hombre es un loco o algo peor. Sin embargo, estamos acostumbrados a que desde el cristianismo se nos diga que el Gran Arquitecto del Universo, cuya habilidad infinita toda la naturaleza demuestra, ha hecho un trabajo chapucero en este mundo, en el cual la mayoría de las criaturas están condenadas por las condiciones que él mismo ha querido imponer - el sufrimiento y la fatiga embrutecedora que no permite el desarrollo de las facultades mentales- y deben pasar su vida en una dura batalla para simplemente vivir!

La economía política es la más simple de las ciencias, es el reconocimiento intelectual que relaciona la vida social con las leyes -que en su aspecto moral los hombres reconocen instintivamente- y que están enraizadas en las enseñanzas sencillas de lo que la gente común escucha con mucho gusto. Pero, como en el cristianismo, la economía política ha sido deformada por las instituciones que, negando la igualdad y la fraternidad de los hombres, han recurrido a la autoridad y a la objeción de callar, a fin de acallar el hábito del pensamiento.

martes, 16 de febrero de 2010

www.elenfiteuta.com

Por qué El Enfiteuta

Tal vez la Ley de Enfiteusis de Bernardino Rivadavia sea el primer ejemplo del fracaso estruendoso de una medida de política agropecuaria, dirigida por lo que el filósofo Tzevtan Torodov llama la “tentación del bien".

En 1826, las tierras públicas se encontraban inmovilizadas como garantía del empréstito Baring. Rivadavia necesitaba recursos para fondear la guerra con el Brasil y las tierras públicas podían ser una fuente de recursos.

Desempolvó del derecho romano la figura de la enfiteusis, una suerte de arrendamiento “a perpetuidad” y la convirtió en ley ese mismo año. Mediante esta figura se entregaba a los enfiteutas la explotación de las tierras públicas a cambio de un canon de 4% de su valor si eran para agricultura o de 8% si eran para ganadería.

En su imaginación, Rivadavia no solo fondearía las arcas del estado sino también promovería el desarrollo del campo argentino, gracias a la fecunda labor de los enfiteutas.

Pero la ley adolecía de fallas y omisiones que la convirtieron en un instrumento perverso para la apropiación de la tierra. Siguiendo a Jacinto Oddone, quien en 1930 estudió detalladamente el tema, lo que pasó fue lo siguiente.

El valor de la tierra lo fijaba una comisión de cinco propietarios lindantes al campo a ser dado en enfiteusis. Por otra parte, no había límites para la superficie a pedir. Entonces el grupo de criollos más allegados al manejo de los asuntos públicos comenzó a tomar tierras en enfiteusis de manera escandalosa. “Una vez en posesión de ella (la tierra), no pensó en trabajarlas sino que la subarrendó haciendo un espléndido negocio”, relata Oddone.

No conforme con esto, los acaparadores de la tierra pública tampoco pagaban su canon al Estado. Así fue como en 1827, 1832 y 1854 se dictaron decretos limitando la superficie a tomar y tratando de revertir la falta de pago.

Pero la viveza criolla, ya vigente en ese momento, llevó a los acaparadores a solicitar las tierras a nombre de sus familiares o de simples testaferros. Sucedía también que si alguien se presentaba para solicitar tierras, automáticamente aparecía otro sosteniendo que poseía algún tipo de derecho, lo cual se resolvía rápidamente partiendo mitad y mitad la superficie. Según Oddone, hacia 1830, 538 enfiteutas tenían unas 8,5 millones de hectáreas en su poder.

En gobiernos posteriores, que abandonaron o atacaron el sistema de la enfiteusis, los arrendatarios fueron obteniendo sucesivamente la propiedad de la tierra. Muchos de esos apellidos hoy siguen siendo destacados actores del agronegocio argentino.

Este portal, El Enfiteuta.com, no busca otra cosa sino dejar memoria de lo actuado en materia de política agropecuaria en el presente, contrastando la fría letra de la norma con el rico devenir de su ejecución, con las miserias y grandezas que dominan la vida de las sociedades.

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sábado, 13 de febrero de 2010

El Sistema Jurídico de la Revolución de Mayo de 1810 y su fuente en el ordenamiento social Judeo-Cristiano.

Levítico 25: Jehová: "Y la tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra mía es; que vosotros peregrinos y extranjeros sois para conmigo. Por tanto, en toda la tierra de vuestra posesión, pagareis rescate á la tierra".


Ley de Enfiteusis de la Revolución de Mayo: "La tierra es de los argentinos, usad toda la que necesitéis, debes pagar por su uso".


Este ordenamiento social de acceso a la tierra es contrario al vigente en la argentina y contrario al impuesto por el Imperio Romano mediante el derecho y la propiedad romana de apropiación de la tierra a perpetuidad y apropiación del mayor valor de la tierra por parte de los propietarios.


Con motivo de la dominación del Imperio Romano al pueblo de Israel la regla sobre el ordenamiento social fue modificada y los gastos del ordenamiento social de ser solventada por el rescate a la tierra -luego RENTA fundiaria- paso a ser solventada por los impuestos al trabajo cobrados por los romanos.


Impuesto es el tributo que los romanos imponían a sus sometidos. Los romanos veían solo "valor" en las mercaderías -luego sistema Mercantilista- es decir en el fruto del trabajo de hombre por eso cambiaron el sistema rentístico, por el impositivo. Los israelitas en cambio, veían como genuinos recursos del estado el aumento del valor en la tierra como principio de orden para sostener a la sociedad.


La violación del principio de orden mosaico genero entonces rápidamente una sociedad de clases; los ricos o apropiadores de la renta fundiaria y los trabajadores que degradaban su trabajo hasta hacerlo digno del esclavo, ya que ahora, no solo debian sostener al estado con crecientes impuestos sino que la renta fundiaria iría a parar; no, a solventar los gastos del estado, sino a la mano de "los ricos" que sin trabajar se enriquecían. Los beneficiarios de la apreciación de la renta fundiaria rápidamente dominaron a los rabinos del alto clero.


El movimiento liderado por Cristo -que es un sin tierra- intenta reponer la ley mosaica para volver a tener acceso a la tierra y terminar con las perversas reglas de juego impuestas por Roma. La complicidad del alto clero liderado por Caifas ven en esta idea el fin de sus privilegios y liderazgo.


El cristianismo primitivo no quería significar, al orar por la venida del reino de Cristo, un reino en el cielo, sino un reino sobre la tierra. Si Cristo hubiese predicado simplemente para el otro mundo, los altos sacerdotes y los fariseos no le hubieran perseguido, los soldados de Roma no hubieran clavado sus manos en la cruz.

¿Por qué fue perseguido el cristianismo? ¿Por qué fueron sus primeros creyentes arrojados a las bestias, quemados para alumbrar los jardines del tirano, cazados, torturados, muertos por todos los crueles procedimientos que un ingenio infernal podía sugerir? No porque fuese una nueva religión que se refiriese únicamente a lo futuro.

Roma era tolerante para todas las religiones. Era orgullo de Roma que todos los dioses estuviesen acogidos en su panteón. Era orgullo de Roma el no intervenir en la religión de los pueblos conquistados por ella. Lo perseguido por ella fue un gran movimiento de reforma social, el evangelio de la justicia, oído con agrado por pecadores vulgares, llevado por trabajadores y por esclavos a la ciudad imperial.

La revelación cristiana era la doctrina de la igualdad humana, de la paternidad de Dios, de la igualdad de los hombres. Minaba en su misma base aquella monstruosa tiranía que tenía opreso al mundo civilizado; rompía las cadenas de los cautivos, las argollas del esclavo; y aquella monstruosa injusticia que permitía a una clase despilfarrar los productos del trabajo, mientras aquellos que trabajaban apenas podían nutrirse.

Esta es la razón por la cual fue perseguido el cristianismo primitivo. Y cuando aquélla no pudo contenerlo por más tiempo, las clases privilegiadas adoptaron y pervirtieron la nueva fe y vino a ser al fin, no el cristianismo puro de los primeros días, sino un cristianismo que, en muy grande extensión, era el servidor de las clases privilegiadas.

Y en vez de predicar la esencial paternidad de Dios, la esencial hermandad de los hombres, sus altos sacerdotes infundieron en todas las puras verdades del Evangelio la blasfema doctrina de que el Todopoderoso distinguía entre personas y de que, por su voluntad, y por su mandato existe esta monstruosa injusticia que condena a grandes masas humanas a una extenuadora tarea sin recompensa.

No es que ha fracasado el cristianismo; el fracaso ha estado en esa especie de cristianismo denominado Catolico Romano que se ha predicado para sostener el sistema jerárquico de clases privilegiadas de tipo Romano. Jesucristo no fue un mano santa hacedor de milagros, Jesucristo fue un reformador social que solo intentaba reponer el principio de orden de la ley mosaica sobre la tierra prometida.

Nada es más claro que si somos todos hijos del Padre universal, todos tenemos derecho al uso de sus mercedes. Nadie osa negar esta proposición. Pero los hombres que vuelven sus rostros contra las conclusiones de aquélla, dicen virtualmente: “¡0h!, sí; eso es verdad; pero es imposible llevarla a efecto”. Mas pensad en lo que esto significa.

Este es el mundo de Dios y, sin embargo, tales hombres dicen que este es un mundo en el que la justicia de Dios, la voluntad de Dios no puede llevarse a la práctica. ¡Qué monstruoso absurdo! ¡Qué monstruosa blasfemia! Si el Dios amoroso debe reinar, si sus leyes son no sólo las leyes del universo físico, sino del universo moral, tiene que haber un medio de llevar a efecto su voluntad, tiene que haber un camino para hacer justicia igual a todas sus criaturas.

Y así es. Los hombres que niegan que hay medio práctico de llevar a efecto la percepción de que todos los seres humanos son igualmente hijos del Creador, cierran sus ojos al camino llano y patente.

Es desde luego imposible en una civilización como la nuestra dividir la tierra en pedazos iguales; tal sistema pudo adoptarse en un primitivo estado social, entre un pueblo como aquel para quien se forjó el Código mosaico.
Hemos progresado en civilización hasta más allá de tan toscos regímenes, pero no hemos progresado ni podemos progresar hasta más allá de la providencia de Dios.

Hay un medio para asegurar los derechos iguales de todos, no dividiendo la tierra en pedazos iguales, sino tomando para uso de todos aquel valor que se adhiere a la tierra, no como el resultado del trabajo individual sobre ella, sino como resultado del aumento de población y del progreso de la sociedad. Por ese medio todos estarían igualmente interesados en la tierra de su país nativo. Si uno utilizaba un pedazo de más valor que su vecino, pagaría un impuesto más pesado. Si no usaba tierra directamente, aun así sería un igual partícipe en la renta. He aquí el camino sencillo.

Pero en el gran echo social de que a medida que la población crece y se realizan las mejoras y los hombres progresan en civilización, la única cosa que sube en todas partes es el valor de la tierra, podemos ver una prueba de la bondad del Creador.

Porque, considerad lo que significa. ¡Significa que las leyes sociales son adecuadas para el hombre progresista! En un primitivo estado social en que no son necesarios gastos colectivos, no se adscribe valor a la tierra.

El único valor adherido lo es a las cosas producidas por el trabajo. Pero a medida que la civilización marcha, a medida que se efectúa la división del trabajo, a medida que los hombres se concentran, las necesidades comunes crecen y la necesidad de rentas públicas nace. Y de igual modo, en este valor que se adhiere a la tierra, no por razón de lo que el individuo haga, sino por virtud del desarrollo de la sociedad, hay una previsión dispuesta — podemos decir confiadamente que dispuesta — para satisfacer las necesidades sociales.

Exactamente, a medida que la sociedad crece, crecen las necesidades comunes y crece este valor adherido a la tierra — en el caudal predispuesto para que aquéllas puedan ser satisfechas —. Aquí hay un valor que puede ser tomado sin infringir el derecho de propiedad, sin tomar nada del productor, sin disminuir la natural recompensa de la actividad y de la laboriosidad.

Además, aquí hay un valor que tiene que ser tomado si queremos impedir el más monstruoso de todos los monopolios.

¿Qué significa todo esto? Significa que en el plan creador, el natural avance de la civilización es un avance a una cada vez mayor igualdad, en vez de serlo a una cada vez más monstruosa desigualdad.

Hace 300 años renacen las ideas cristianas en Inglaterra -independiente de la Iglesia Catolica Romana. Nace el primitivo cristianismo ahora bajo el nombre de "Liberalismo Clásico" que llevara a ese paupérrimo país a la cima de las naciones civilizadas. "El hombre libre es dueño del total del fruto de su trabajo" y esto logró rápidamente la Revolución Industrial.
El antiguo ordenamiento mosaico-cristiano reverdecia como principio de orden mediante la denominada Escuela Fisiocratica de Quesnay y la grande escuela industrial de Adam Smith en las tres grandes revoluciones: la Inglesa, la Francesa y la Americana y luego recogida por la Revolución de Mayo de 1810.

La Revolución Francesa es neutralizada por el Código Napoleónico -copia del código canónico de tipo romano- que repone la propiedad jerárquica romana. Voltaire acusaría a los conservadores de la antigua barbarie romana del fracaso de la revolución y ve en los abogados instruidos en el antiguo régimen romano,-impulsados por las clases privilegiadas- a lograr el fracaso de la Revolución.

La Revolución de Mayo de 1810, consolidada en la Constitución de 1853 es puesta en contradicción por el Código Civil Argentino que en 1869 termina con le principio de orden rentístico de la Ley de Enfiteusis y repone en el articulo 2503 el perverso y jerárquico sistema romano de propiedad que trae en su germen la adopción del sistema Tributario esclavista. Las universidades serian el campo de batalla para borrar de la curricula los principios de Mayo y reemplazarlos por los del Derecho Romano en la nuevas carreras de Derecho y luego de Economía. Hoy nadie en la Argentina sabe de que se trató la Revolución de Mayo de 1810.

En 1900 al terminarse la conquista de tierras libres en los EE.UU. los grandes monopolistas de tierra del Este de los Estados Unidos que manejaban los consejos de administración de la Universidades borran en las cátedras todo vestigio del sistema rentístico que promulgaba la Revolución Americana y lo reemplazan por la escuela "Neo Liberal". El Neo liberalismo es al liberalismo lo mismo que el Catolicismo Romano al Cristianismo, su contra reforma.

De la tensión de civilización causada por el sistema tributario mercantilista que daría origen al capitalismo, es decir al moderno ascenso de los ricos -apropiadores de los genuinos recursos del estado, la renta fundiaria- nace la economía socialista de tipo tributario que trata de eliminar el valor de la tierra mediante su nacionalización. El socialismo en vez que tomar el mayor valor de la tierra para solventar los gastos del estado, fallan y hacen desaparecer el valor de la tierra.

Durante el Siglo XX el ocutlamiento de la doctrina económica rentística nacida en la ley mosaica, internacionalizada por el cristianismo y recuperada por las tres grandes revoluciones nace la Izquierda y la Derecho y con ellos mas de 180 millones de muertos.

Ortega & Gasset decía: "Ser de izquierda es como ser de derecha, una de las tantas formas que tiene el hombre de ser un imbécil, en definitivas ambas son formas de hemiplejía moral". en efecto quienes atienden a todos los temas relacionados con la libertad pero obian tratar el origen de los recursos del Estado están abriendo paso a sociedades monstruosas.

La Iglesia Catolica Romana reemplaza el concepto cristiano de libertad, igualdad y justicia por el de "solidaridad" donde los apropiadores de los genuinos recursos del estado "los ricos" se comportan como los virtuosos de la sociedad al entregar una parte del botín mediante obras de caridad y beneficencia.

Cuando Cristo dice: “Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el Reino del Señor” (Lucas18:25). Los ricos -"como hoy en la argentina"- eran los apropiadores de los genuinos recursos del estado y los políticos y los amigos del poder que sustentaban ideologicamente este perverso sistema, a ellos se enfrentaba Cristo; no como hace la Iglesia Catolica Romana que utiliza este dicho de Cristo para justificar el ataque mediante impuestos a los trabajadores degradando el trabajo hasta hacerlo digno del esclavo.

A mediados del Siglo XX la lucha en las Universidades es ganada por los socialistas que e imponen por numero.

La batalla intelectual es entonces liderada y dirigida hacia los modernos Thinks Tanks liberales, donde se vuelven a tratar todos los temas de la libertad menos el origen de los recursos del Estado. Los intelectuales han colaborado por este medio, a los acesinatos en masa en nombre de una ideología, de una creencia y de una religión, montando un mundo perverso donde el hombre es transformado en lobo del hombre.

El sistema rentistico judeo-cristiano-liberal hace justicia desde la base ya que triplica el poder adquisitivo del salario del trabajador y lo hace por dos vias: 1) duplica el poder adquisitivo al liberar el salario de impuestos -hoy el salario esta afectado por 85 impuestos- y 2) vuelve a duplicar el poder adquisitivo del salario al no permitir que la tierra sea fuente de especulación por lo tanto la tierra no sube de precio, los inmubles tampoco y los alquileres se mantienen bajos. Se reestablece por esta via la libertad, la igualdad y la justicia como principio de orden económico, político y social.

Sepan catolicos romanos y neoliberales que estan promoviendo mounsturosos ordenamientos sociales que no pueden desembocar en otra cosa que en guerras y conflictos sociales -como lo demuestra la historia-; que su doctrina es contraria a la del cristianismo y a la del liberalismo clasico. Sepan tambien que al sostener intelectualemnte un perverso sistema son los responsables intelectuales de las catastrofes humanitarias que se han sucedido y que se sucederan.

"La democracia solo es hija natural del Sistema Rentístico al igual que: la federación, la republica, la alta calidad de vida, los salarios con mayor poder adquisitivo, la libertad, la igualdad, la paz, la inmigración, y el progreso para todos los habitantes.

La Democracia es hija contra-natura del sistema tributario -derivado de la economía mercantilista -o de derecha- o socialista -o de izquierda—y produce rechazo e incompatibilidad permanente.
Hijos naturales del Sistema Tributario son: la tiranía y el despotismo –aunque sea este de origen democrático-, el sistema unitario, la desigualdad, la injusticia, los salarios con bajo poder adquisitivo, la emigración, los conflictos económicos, políticos y sociales, la guerra civil, los procesos autodestructivos, la improductividad, la marginación para la mayoría y enriquecimiento desmedido para unos pocos,

Economista, abogado, intelectual y político que desconoce las virtudes del Sistema Rentístico de la Constitución de 1853 es un peligro para la humanidad."

Guillermo Andreau

martes, 9 de febrero de 2010

Comentario sobre la charla "LA TRAICIÓN LIBERAL" al Sistema Economico y Rentistico de la Constitución de 1853.

Estimado Juan Santacreu:

He leído con todo interés su escrito titulado "2009 Año de la verdadera crisis". Puede descontar que estoy en un todo de acuerdo con la necesidad de cambiar el estado de cosas reinante en nuestro país. Un estado de cosas que deviene desde hace varias décadas.
Aunque suene a paradójico vivimos en "crisis permanente". Este espasmódico modo de vivir demanda un continuo desgaste de energía sin producción alguna de valor. Un desperdicio de país.
A partir de este acuerdo sobre la "sintomatología", conviene profundizar el "diagnóstico".
Como Ud. bien dice, debajo de distintos sayos, el mal se ha ido agravando. Esto sugiere, entre otras cosas, que intereses creados en cada momento, aun sin proponérselo, nos velen algunas de las profundas raíces del caos "in crescendo". A una de esas, una principal, se ha referido hoy el Ing. Andreau en su conferencia. Estoy seguro, sin embargo, que nadie, si alguno, lo ha apreciado en su debida magnitud.

En trabajos míos he puesto al descubierto contradicciones internas en nuestro "ordenamiento legal" aplicado al orden y los procesos económicos, de los que depende materialmente la salud de la vida social y la de los individuos.
La principal contradicción (no la única) es la existente entre nuestra Constitución Nacional (Preámbulo y Derecho y Garantías) con la que debe ser la principal ley de la civilización: el Código Civil.
Mientras aquella promulga como principio de orden social un precioso manojo de libertades individuales (a la cabeza la libertad de actividad económica), el Código Civil instaura entre nosotros el más incivil y antiguo de los derechos. Nada menos que el derecho de propiedad privada sobre las parcelas del territorio (Para comprobarlo con sus propios ojos lea, por favor, el párrafo 5º de la nota (a) del Titulo IV del Código Civil, Allí sostiene Vélez Sarsfield su solución legal respecto al derecho de propiedad sobre el suelo. Dice: “Hemos juzgado que era más conveniente aceptar el puro derecho de los romanos...". Eligio el derecho que hundió a Roma ("latifundia perit Roma").

Seamos justos. Era necesario poblar al país. Vélez sabia mejor que nadie que los hombres (como todo ser viviente) no pueden vivir sin acceso a la tierra, mejor denominada, la naturaleza. ¿Cómo conciliar la necesidad de poblar a un país desértico con el derecho romano de propiedad del suelo? Vélez nos da "su solución". Nos dice: "El contrato de arrendamiento será entre los propietarios y los cultivadores y criadores de ganado un intermediario suficiente" ( Aparrafo 8º, in fine, de la nota al Articulo 2503 del CC). Los cimientos de un mundo "clasista" eran puestos en la base del edificio que la Constitución. Un derecho se sabor "esclavista" pretendía constituir una sociedad de "individuos libres", en una Republica, por añadidura democrática y por su enorme extensión, federal. "Gobernar es poblar", es verdad. ¿Pero poblar cómo? (También los colonos esclavistas participaban de la conveniencia de poblar sus propiedades).

El efecto fuerte de tal contradicción no se notó al principio (1869/1920) por la inmensidad de nuestro territorio y la escasa cantidad de inmigrantes que vinieron en esos años (comparada con los millones que se asentaron en los EEUU). Pero aparecieron los típicos "ruidos sociales" producidos entre el engrane legal del Código y la Constitución, Anticipatorios de crisis y estallidos. Los Padres Fundadores de la Argentina moderna, la liberal, eran consistentes: asegurando los derechos individuales que redactaron en la Constitución invitaron a poblar el país "a todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino" (Preámbulo). Basta con llegar para vivir en libertad y ser dueños de todo el producto del trabajo que eligieran (Arts.14 a 20).

No coincidió con esto el Código Civil. Dada la previa ocupación de las tierras por parte de los escasos primeros terratenientes ( con no mas de 800.000 habitantes) , garantizó muy ligeramente a los "invitados" el acceso a la tierra . Lo podían hacer en calidad de "arrendatarios" en el campo e "inquilinos" en la ciudad. Claro que también seria posible a los "recién llegados”, con el tiempo, llegar a ser propietarios. Por la "compra" de algún "lote", pagando al nativo propietario con el fruto de años de su trabajo. Asunto bastante posible hasta los 1900. ¿Se piensa cuantos siglos debe trabajar hoy un asalariado argentino, aunque sea "profesional educado”, para pagar un lote cueste unos 30.000 dólares, o sea más de ciento veinte mil pesos? La inmigración se paro en seco en los 1930. En la Argentina "gobernar es despoblar". Algo huele mal en ella.

Ya por el 1910, en el Centenario, junto a casas fabulosas como la de los Anchorena (actual palacio San Martín), o la de los Basuado (actual embajada del Brasil) o de los Pereda (actual sede del Circulo Militar en Maipú y Santa Fe), pululaban los que vivían en los "conventillos", en el "barrio de las latas" y no pocos en "los caños". La Argentina creada por el derecho romano de propiedad del suelo ya mostraba su horrible rostro.

En ese cuadro otra luz explicativa ilumina las causas de la primera gran crisis financiera de 1877, la de 1890, la huelga de los inquilinos de 1907, el Grito de Alcorta de 1912 y, finalmente, la necesidad de una gran concesión política en 1914: "quiera el pueblo votar". La ley Sáenz Peña concedió, sin duda, acceso a la ciudadanía política....pero no a la ciudadanía económica. Justo al revés de lo que predicaba Alberdi (Leer la Introducción al Sistema Rentístico. Es expreso en esto).

Con semejante oposición entre una moderna Constitución liberal y en materia de propiedad del suelo, un Código Civil Antiguo, los preludios de la guerra intestina estaban sentados. Pero no todo estaba perdido, y con una buena legislación en materia de recursos para el Estado, el vicio podía transformarse en virtud. Eso lo propusieron hombres como el diputado Carlos Rodríguez (1919) Arturo Capdevila y Arturo Orgaz (1930) , entre otros. Una oportunidad se había dado con la democracia en los 1920. Pero el partido radical, en lugar de realizar una "conciliación radical" entre el Código y la Constitución, flaqueo o no supo hacerlo. Se limito a modificar el Código mediante la congelación de los alquileres y la ampliación el plazo de la locación (1922). Llegaría el tiempo en que para mantener el Código Civil se destituiría a la Constitución.

El Código Civil fue una pedrada capaz de hacer trizas a la cristalina Constitución de 1853. En 1932 una oportunidad apareció durante el gobierno de Justo. El mundo se había cerrado en economías proteccionistas. El cuerno de oro de la economía argentina "la exportación" se secaba. Los recursos obtenidos mediante "derechos a la exportación" no eran suficientes.
La realidad con su cara de hereje apareció entonces y como la Esfinge planteo a los políticos una fatal adivinanza: "Argentinos! Qué consideráis mejor para vosotros, para vuestros hijos y para los hijos de vuestros hijos, ¿cobrar a los ocupantes del suelo patrio la renta de la tierra según su valor de mercado y así solventar el gasto publico , como lo querían vuestros Padres Fundadores, o preferís que unos pocos se hagan ricos especulando con la tierra , mientras masas de trabajadores de toda clase carguen con el esfuerzo de sostener al Estado con el fruto de su trabajo"?

El reto era terrible. No se lo vio o no se lo explico. Esto es lo que el Ing. Andreau ha llamado "la traición" de los liberales.
Del acierto en la respuesta dependía que la Argentina fuera, de una vez por todas, una potencia mundial como su prima hermana, los EEUU (tan apreciado por Sarmiento, reformista agrario) o que acabara dando lástima en un mundo que no se explica sus padecimientos. Se optó por lo segundo. Por ley positiva se decidió que los trabajadores, los empresarios, los inversores, todos amparados por el Art.14 de la Constitución, pasaran a soportar el gasto del Estado. Se la llamo Ley de Impuesto a los Réditos. Madre de todo el sistema impositivo actual (De ahí a convertir al Estado en el "hospital de los inválidos" había un solo paso y ese paso se dio. Juntas de regulación, planes quinquenales, partidos de masas y la nueva Constitución, la de 1949. Se la derogo; pero nada significa, pues subsiste la irónicamente "llamada legislación social". Gusto de abogados que saben todo de leyes menos de justicia social.

Tierra cara, fuera del alcance de quienes viven de su trabajo y salarios cercenados por alquileres e impuestos crecientes, son la mejor formula para parar en seco al progreso de la civilización. La Argentina no iba a ser una excepción y no lo fue.
Aquí la tenemos hoy : no es la Argentina de los Padres Fundadores, sino la diseñada por los "expertos" en derecho y economía. Lindo trabajo han logrado: rascacielos en Puerto Madero erguido entre las tiendas de "bárbaros" sobrevivientes en villas miseria, mugrientos en plazas y umbrales. No es una película de Spielberg. Es la geografía creada por el derecho argentino.

Una Argentina ahogada por un endeudamiento crónico, que llama "moneda" al papel pintado, que se debate sin poder impedir caiga en el rango 197º entre 197 naciones. Ajena a la globalización y enfrascada en escaramuzas políticas provocadas por los "expertos políticos". Expertos en lograr puestos en el Gobierno. Donde debiéramos encortar a Alberdis y Sarmientos, solo aparecen los Tartufos. Así lo el gran tucumano vaticino en Viaje de Luz del Día y así se ha cumplido.

Todo atrapados en una guerra incivilizada, hemos logrado hacer en la tierra del grito sagrado, ¡Libertad! , emergiera el Leviathan. Por doquier hombres actuando como lobos del hombre. Lucha entupida cuando se libra sobre uno de los más ubérrimos territorios del planeta. Canallesca cuando vemos que en ella caen atrapados niños y adolescentes. Llegara el día, en épocas de globalización imparable, en que el mundo, necesitado de espacio, se cansara de nosotros. Y procederá a imponer su propia "Pax romana".

Que Dios, "fuente de toda razón y justicia" como enseña el Preámbulo, nos ilumine. Aun podemos ordenar nuestra sociedad usando del mayor don del hombre: su libertad. Si entendemos porque la hemos perdido.
Afectuosamente,
Héctor Sandler


"LA TRAICION LIBERAL" al Sistema Económico y Rentistico de la Constitución de 1853 Por G. Andreau
http://elrelativismojuridico.blogspot.com/2010/02/video-la-traicion-liberal-al-sistema.html

lunes, 8 de febrero de 2010

Videos del Blog El Relativismo Juridico



"La democracia solo es hija natural del Sistema Rentístico al igual que: la federación, la republica, la alta calidad de vida, los salarios con mayor poder adquisitivo, la libertad, la igualdad, la paz, la inmigración, y el progreso para todos los habitantes.

La Democracia es hija artificial del sistema tributario -derivado de la economía mercantilista -o de derecha- o socialista -o de izquierda—y produce rechazo e incompatibilidad permanente. Hijos naturales del Sistema Tributario son: la tiranía y el despotismo –aunque sea este de origen democrático-, el sistema unitario, la desigualdad, la injusticia, los salarios con bajo poder adquisitivo, la emigración, los conflictos económicos, políticos y sociales, la guerra civil, los procesos autodestructivos, la improductividad, la marginación para la mayoría y enriquecimiento desmedido para unos pocos,

Economista, abogado, intelectual y político que desconoce las virtudes del Sistema Rentístico de la Constitución de 1853 es un peligro para la humanidad."
Por GUILLERMO ANDREAU

Construyamos Argentina. Hagamos Realidad el país que soñamos.

Los “representantes del pueblo” se han separado como grupo de interés de los intereses generales de “los comunes”. El pueblo. El “sentido común” es la mas filosa arma con que los ciudadanos simples cuentan en la democracia para proteger sus libertades y darles un sentido practico. La democracia moderna pensada por los hombres de Mayo y los constituyentes de 1853, ( nuestros “padres fundadores”) fue concebida para garantía de todos los derechos “evidentes por si mismos”, los propios de todos y cada uno de los seres humanos actuales. Vigentes antes que Constitución alguna sea escrita. La que se dicta y publica como documento fundacional es solo un guardia riel para el mejor ejercicio de aquellos derechos y obligaciones de los individuos. La sección de “derechos y garantías” es así el sentido profundo de todas las otras secciones de la Constitución destinadas a “organizar” al gobierno del Estado. Ambas secciones están fuertemente vinculadas, a punto tal que una “defectuosa organización” o un “abusivo funcionamiento” de los poderes que emergen de la organización del Estado, puede hacer trizas a los derechos y garantías individuales, frustrando el profundo sentido de la Constitución. Para la época moderna, la Constitución ha de ser vista como valla para protección de los derechos del hombre en sociedad frente al peligros que para esos derechos entraña poderes emergentes dentro de la misma sociedad y de la organización estatal. Nuevas realidades, emergentes necesidades, problemas generados por el orden constituido y sobre todo por pensamientos intelectuales ajenos y contrarios a la democracia moderna han debilitado la conciencia de los ciudadanos comunes, destinatarios primeros de la democracia moderna. La clásica democracia moderna definida por Lincoln como el “gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo” se ha evaporado entre nosotros . Contemplando la realidad de estos tiempos (casos típicos como el escándalo producido con motivo de la creación del Fondo del Bicentenario) muestran que los “hombres comunes” son de palo. Entonces la democracia ya no puede ser definida con aquella oración. Ya no es un sistema político del, por y para pueblo. Es un sistema “gubernamental” cerrado sobre si mismo. Hay que refinirla como “el gobierno del gobierno, por el gobierno y para el gobierno”. El desapego, el desanimo de la ciudadanía, el resentimiento de los hombres comunes se expresó como un trueno en el 2001: “¡Que se vayan todos! A la vista se puso la brecha que hay entre los hombres comunes y sus “representantes”. Sin distinción de ideologías y partidos.
Los representantes se enfrentan entre si por todo. Por todo menos por el sistema de impuestos. Alberdi en 1854, publicó “Sistema Económico y Rentístico de la Confederación Argentina según su Constitución de 1853”, para evitar esto. Sabia cuánto depende la democracia moderna del sistema de recursos del Estado. Si los hombres comunes no comprenden esto, la democracia argentina no podrá ser moderna. Habran elecciones, pero solo sewrviran a la restauración del regimen anterior a 1810. Mayo no fue una secesion poltica: fue una revolucion social contra el autoritarismo gubernamental. ¿Quién habla de esto en el Bicentenario? Quien no aborde esta cuestion reniega de Mayo.

domingo, 7 de febrero de 2010

LOS IMPUESTOS Y EL ODIO A LA DEMOCRACIA.


DEMOCRACIA MODERNA Y EL SISTEMA DE IMPUESTOS
Hector Raul Sandler, profesor Derecho, UBA


INTRODUCCIÓN

Glenn Beck de modo implacable se basa en el “sentido común” para desnudar la dramática separación en los EEUU de America entre la “clase política” y “la ciudadanía común”. Los “representantes del pueblo” se han separado como grupo de interés de intereses generales de “los comunes”. El “sentido común” es la mas filosa arma con que los ciudadanos simples cuentan en la democracia para proteger sus libertades y darles un sentido practico. La democracia moderna pensada por los Padres Fundadores en los EEUU (en nuestro país por los hombres de Mayo y los constituyentes de 1853, que son nuestros “padres fundadores”) fue concebida para garantía de todos los derechos “evidentes por si mismos”, los propios de todos y cada uno de los seres humanos actuales. Vigentes antes que Constitución alguna sea escrita. La que se dicta y publica como documento fundacional es solo un guardia riel para el mejor ejercicio de aquellos derechos y obligaciones de los individuos.

La sección de “derechos y garantías” es así el sentido profundo de todas las otras secciones de la Constitución destinadas a “organizar” al gobierno del Estado. Ambas secciones están fuertemente vinculadas, a punto tal que una “defectuosa organización” o un “abusivo funcionamiento” de los poderes que emergen de la organización del Estado, puede hacer trizas a los derechos y garantías individuales, frustrando el profundo sentido de la Constitución. Para la época moderna, la Constitución ha de ser vista como valla para protección de los derechos del hombre en sociedad frente al peligros que para esos derechos entraña poderes emergentes dentro de la misma sociedad y de la organización estatal.

Esta idea fundamental, a la vista de los hechos, no es ni ha sido siempre compartida y practicada en nuestra historia desde la Organización Nacional. Para colmo, nuevas realidades, emergentes necesidades, problemas generados por el orden de hecho constituido y sobre todo por pensamientos intelectuales ajenos, cuando no contrarios a la democracia moderna y - last but not the least – los inevitables intereses creados en los procesos económicos y políticos, todo esto actuando en conjunto, ha debilitado la conciencia de los ciudadanos comunes, destinatarios primeros de la democracia moderna. En otras palabras, como una vez fuera dicho, “el sentido común”, por adormecimiento y torpeza de la flaca democracia practicada , ha pasado a ser el menos común de los sentidos. En tales condiciones la democracia moderna está al borde del abismo, por más elecciones que se practiquen.

La clásica definición de democracia moderna fue expresada de manera brillante por Lincoln como el “gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”. Por causa de cambios culturales tiende a evaporarse. Contemplando la realidad de estos tiempos (casos típicos como el escándalo producido con motivo de la creación del Fondo del Bicentenario) muestran acabadamente que los “hombres comunes” son de palo. Cuando ocurren cosas como éstas la democracia ya no puede ser definida con aquella famosa oración. Se la debe redefinir de otro modo, si se la quiere describir en serio. En la actualidad ella no es un sistema político del pueblo. Es un sistema “gubernamental” cerrado sobre si mismo, pues – parafraseando a Lincoln – hay que decir que “es el gobierno del gobierno, por el gobierno y para el gobierno”.

Esta hipótesis explica muchas cosas que a primera vista no se entienden. El desapego, por desanimo de la ciudadanía frente a la política, el resentimiento de los hombres comunes cuando en el 2001 dieron un grito revelador: “¡Que se vayan todos!, reveló la existencia de una brecha entre los hombres comunes y sus “representantes”, sin distinción de ideologías y partidos.

La incisiva pluma de Glen Beck se ocupa de los EEUU en el 2009. Revela aspectos de la fallida democracia americana actual, teniendo a la vista el concepto de “democracia moderna”. En su reciente libro, (alcanza hasta el comienzo de la presidencia de Obama), hay simples pero contundentes descripciones de hechos. Lo que describe Beck da razón a quienes han definido a la democracia real actual como una “democracia delegativa”. El pueblo no está presente, mediante sus representantes, en la toma de decisiones. Los representantes, de todos los partidos, aunque en aparente enfrentamiento, estrechan filas entre sí y apoyados en el circunstancial resultado de elecciones, en lugar de actuar “de, por y para” los hombres comunes, lo hacen en defensa de los suyos propios, sean materiales, partidarios o ideológicos. Da lo mismo.

Del libro de Beck hemos elegido una parte que consideramos importante para la democracia moderna: el sistema de impuestos. Dictada la Constitución en 1853, Alberdi con toda premura y temor, al año siguiente, en 1854, publicó el libro “Sistema Económico y Rentístico de la Confederación Argentina según su Constitución de 1853”. Su obra más importante y menos leída, por los intelectuales y los hombres comunes. Como liberal en serio sabia cuánto depende la democracia moderna del sistema de recursos del Estado.
Hoy, desde los EEUU y 145 años después, el libro de Beck parece reivindicar la política de impuestos de nuestra Padres Fundadores, sustancialmente cambiada por el Congreso del año 1932 creando el impuesto a los Réditos. Con ese fin hemos traducido parte de del capitulo “The Political Weapon of Choice. The U.S. Tax Code”.

Lo hacemos con el deseo y la esperanza que la lectura de lo traducido reviva el espíritu democrático de los argentinos. No mediante floridos discursos, sino con sencillas reflexiones sobre hechos reales. Las observaciones criticas que hace Beck al sistema de impuestos creado en Norteamérica, son aplicables, punto por punto, a nuestro país.
Quiera el lector apreciar la importancia de este tema.



El ARMA QUE CONDICIONA LA POLITICA: EL SISTEMA DE IMPUESTOS.

Nuestro código de impuestos no es justa sobre la recaudación de ingresos para el gobierno. Si lo fuera, entonces, hubieran seguido el ejemplo de Rusia (sí, el de Rusia, de la antigua Unión Soviética) y estableció un fácil sistema de seguir, difícil de esquivar.

Los rusos estaban teniendo dificultades para la recaudación de impuestos en virtud de un sistema progresivo de impuesto sobre la renta completa con distintos tramos fiscales, deducciones y exenciones. Así que Rusia impone UN impuesto fijo y los resultados fueron sorprendentes y inmediatos. En menos de un año, el impuesto único sobre la renta en relación al sistema anterior fue el 25 por ciento superior (ajustada por inflación) y, lo mejor, el cumplimiento voluntario subió.

Por desgracia, a diferencia de los rusos, nos esforzamos cada año para hacer nuestro código tributario cada vez más complicado. ¿Qué tan grave es esto? Ahora a los estadounidenses emplean cerca de 7,6 miles de millones de horas para preparar sus impuestos. Eso sería como la contratación de 3,8 millones de personas de tiempo completo, sólo para preparar la declaración de nuestros impuestos, Todos los años. En 2006, los estadounidenses gastaron 193 mil millones dólares sólo para cumplir con el código de impuestos.

¿Por qué lleva tanto tiempo y cuesta tanto? Dado que el código se cambia casi cada año - más de quinientos veces el año pasado. Y se hace por dos sencillas razones:

1. Se puede hacer cosas para favorecer a grupos de interés especial y ocultarlas en el marco del complejo trabajo.
2. El código tributario puede aplastar a un enemigo sin dejar moretones o huesos rotos y recompensar sin dejar un rastro de dinero.

Éstos son las realidades de Washington. Si usted es un amigo de aquellos en el poder y no paga sus impuestos, se lo considera un simple descuido y puede, incluso, pasar a ser secretario del Tesoro. Pero si usted es considerado hostil a aquellos en el poder, el mismo error será utilizado para destruir su reputación. Para un ejemplo reciente, no busque más; ahí tiene “Joe the Plumber”. Pero esto no es una táctica política. ¿Cree que fue una mera coincidencia que Martin Luther King Jr., fuera elegido tramposo o que Jesse Owens y Joe Louis fueran investigados por violaciones al código de impuestos después de que hablaran en contra del Gobierno sobre esto?

Un código tributario complejo y confuso es un arma que se puede utilizar para intimidar a los enemigos o reacios (beneficios extraordinarios del impuesto a las compañías petroleras) y castigar a personas inocentes, pero políticamente impopulares (un impuesto del 90 por ciento a los ejecutivos de las empresas) mientras que a amigo se le recompensa con excepciones, deducciones y hallazgo de lagunas legales que los favorecen.

Se ha dicho que "la potestad tributaria es el poder de destruir", y tanto los Democratas y los Republicanos han usado ese poder de manera irresponsable para obtener beneficios políticos. Hay demasiadas personas en Washington que han olvidado el mucho sudor y sangre gastada para ganar un dólar honestamente. Estoy convencido de que si pudiera conseguir que los políticos se emplearan seis meses en el trabajo de recoger fruta, vertiendo cemento, o como camareros, tendrían una apreciación mucho más profunda del sagrado deber que deben tener a la hora de gastar el dinero de nuestros impuestos.

El sentido común nos dice que si se debieran pagar nuestros impuestos, en términos de trabajo físico en lugar de dinero, pondríamos fin al gasto salvaje desde hace mucho tiempo. Por ejemplo, si se requiere de un constructor trabajar en veinte nuevas viviendas en lugar de pagar impuestos o si un mecánico de automóviles se viera obligado a reparar cincuenta nuevos motores para pagar su deuda con el gobierno, hubiéramos hechos una rebelión contra el derroche desde muchas décadas atrás. En muchos sentidos, es más fácil entregar dinero en lugar de nuestro de nuestro tiempo, pero el sentido común nos dice que uno y otro son lo mismo: “Time is money”.

Es hora de quitar la capacidad del Congreso para sobornar o castigar a las empresas mediante el código de impuestos. Si una empresa viola la ley, para castigarlos ha de aplicarse el código penal y no el código fiscal, Las empresas y los individuos deben subir y caer por causa de sus propios méritos, no sobre la base de desgravaciones fiscales, subsidios y beneficios especiales, los que el Congreso utiliza para comprar votos y sobornar a los votantes.

Y si todo falla, entonces tal vez deberíamos hacer como sugiere el profesor Thomas Sowell . Trasladar el dia de las elecciones al dia 16 de Abril. (¿Alguna vez han notado que la jornada electoral y el dia para pagar los impuestos están bien lejos una de otra en el calendario).
¿Qué mejor manera de juzgar a estas personas responsables de nuestro dinero que decidir su destino político el día después de que hayamos calculado los impuestos que debemos pagar?


Glenn Beck, Glenn Beck´s Common Sense. The Case Against out-of-Control Government, Inspired by Thomas Paine, p.38 , Mercury Radio Arts/ Threshold Edition, New York, June 2009.


"La democracia solo es hija natural del Sistema Rentístico al igual que: la federación, la republica, la alta calidad de vida, los salarios con mayor poder adquisitivo, la libertad, la igualdad, la paz, la inmigración, y el progreso para todos los habitantes.

La Democracia es hija artificial del sistema tributario -derivado de la economía mercantilista -o de derecha- o socialista -o de izquierda—y produce rechazo e incompatibilidad permanente. Hijos naturales del Sistema Tributario son: la tiranía y el despotismo –aunque sea este de origen democrático-, el sistema unitario, la desigualdad, la injusticia, los salarios con bajo poder adquisitivo, la emigración, los conflictos económicos, políticos y sociales, la guerra civil, los procesos autodestructivos, la improductividad, la marginación para la mayoría y enriquecimiento desmedido para unos pocos,

Economista, abogado, intelectual y político que desconoce las virtudes del Sistema Rentístico de la Constitución de 1853 es un peligro para la humanidad."

Por GUILLERMO ANDREAU