domingo, 9 de mayo de 2010

EL MOVIMIENTO PERONISTA VISTO DESDE LA REVOLUCION DE MAYO



Héctor Sandler, Diputado de la Nación (m.c.)

El drama social que viene sufriendo nuestro país demanda un esfuerzo por encontrar las causas que nos perjudican y recobrar el destino de grandeza que merecemos.
A partir de la mitad del siglo XX hemos padecido una fuerte conmoción en las estructuras de orden imaginadas en Mayo de 1810 y diseñadas por la Constitución de 1853. Muchas y variadas reacciones oscurecieron y oscurecen hasta hoy las probables verdaderas causas subyacentes.

Con el exclusivo fin de tratar de develar alguna causa principal que de modo constante haya contribuido a alterar nuestra paz social , apelo a mi memoria de joven testigo de la emergencia del más tarde denominado ”movimiento peronista”, cuya expresión material primera nos sorprendió con los hechos del 17 de octubre de 1945. Motiva esta remembranza la lectura que acabo de realizar de una noticia llegada de Gran Bretaña. La información (que reproduzco más abajo) me ha traído a la memoria dos datos de los días iniciales de ese movimiento. Son en apariencia pequeños. Tan pequeños que ni siquiera suelen conocerlos quienes forman parte de esa corriente política. Pero ellos dan cuenta del carácter social y popular de ese movimiento, más allá de otros hechos mucho más frecuentemente invocados para explicar su persistente popularidad.

Un primer dato aparece rememorando una de las más fuertes consignas expresamente declarada durante la campaña electoral de 1945. Ella revelaba la más profunda demanda política del nuevo movimiento social. “La tierra es para quien la trabaja”. Esto era demandado a lo largo y ancho del país. La ley congelando los alquileres urbanos y la de arrendamientos rurales de 1943 habían sido puesto en evidencia un problema. Ahora en 1945 la consigna se había convertido en meta política de reforma social. Quien recuerde esto está obligado a preguntarse: ¿Por qué cesó esa demanda? ¿Por qué fue dejada de lado? ¿Por qué no se la mantiene? ¿Es que, acaso, han llegado a creer que aquel objetivo fue cumplido? ¿O, peor aun, que no merecía ser sostenido? ¿Piensan, tal vez, que los trabajadores argentinos de hoy ya gozan sin dificultad de un fácil y barato acceso a la tierra que necesitan para vivir y trabajar? Pienso que ese olvido se debe a que por el momento, todos hemos errado el camino y mal interpretado las cosas. Aquella consigna no era ni es, en verdad, la idea de un “partido”, sino la declaración de un deber constitucional. El que ha de ser cumplido sin excusas en una sociedad que tras números fracasos y luchas fraticidas ha decidido vivir en democracia y libertad.

Surge un segundo dato de mis recuerdos. Los movilizadores, los agentes sociales que ponían en marcha ese proceso, en especial los sindicatos de trabajadores, sostuvieron la candidatura de Perón mediante un partido político hoy desconocido. La candidatura de Juan Domingo Perón fue sostenida por el Partido Laborista. No era fruto de una casualidad. Era natural que el nuevo movimiento, sostenido de manera principal por trabajadores, dispuesto a una reforma social diferenciada de la izquierda tradicional, apelara a un nombre que idenficara su principal actor: el trabajo. Esto también fue dejado de lado en el nuevo escenario conformado tras las elecciones de 1946.

Se preguntara el lector: ¿que objeto tiene recordar al Bicentenario de la Revolución de Mayo estos hechos? Quizá sea inútil; quizá al razonamiento que sigue se lo tilde de rebuscado. Y quizá - ¿por qué no? - se repare que bajo tantos enfrentamientos sufridos late un asunto vital que a todos por igual interesa, sin lugar a ser ignorado so pretexto de diferencias de partido.

Aquel peticionar del movimiento peronista por un fácil acceso a la tierra como condición de democracia, libertad e igualdad, contra lo que se pueda pensar y argüir, fueron señales que importan a todos los argentinos. En año del Bicentenario corresponde recordar con la mayor energía que esos fueron los ideales de la Revolución de Mayo. Así lo prueban hechos como lo legislado por la Asamblea del año XIII, decretando la abolición de la esclavitud (la más infame explotación del trabajador); la actividad de Castelli quien como jefe político del Ejercito del Norte derogó los impuestos y liberaba a los indígenas y que en Buenos Aires, por vía de la ley de enfiteusis, se buscara poner la tierra a disposición de los trabajadores. ¡Cuán distinto puede aun ser nuestro futuro si hoy, al Bicentenario, todos los argentinos tomamos conciencia de la conexión que existe entre las necesidades de nuestros trabajadores y el ideario de Mayo!

Estas reflexiones fueron motivada al leer que en la Gran Bretaña del 2010, los Laboristas retoman como principal cuestión la de luchar por el libre acceso a la tierra con una correlativa sustitución de los impuestos al trabajo por la recaudación de la renta del suelo.
Abajo reproduzco esa información.

Esto era lo que propugnaban nuestros patriotas de Mayo en 1810. Es lo que de a su manera demandaban los que dieron origen al movimiento peronista en 1945.
¿No será el año del Bicentenario, en momentos de gran zozobra política, la hora de hacernos cargo de ese problema aun pendiente de solución?

Honrar a Mayo exige cerrar las heridas provocadas por un funesto y persistente desorden social. Necesitamos en sana hermandad unir corazones y cabezas para hallar la solucion al principal problema de hoy: conciliar la necesidad de recursos para el Estado con trabajadores que sean dueños plenos del fruto de su trabajo y lograr ambas cosas en democracia y libertad.


The Labour Land Campaign advocates a more equitable distribution of the Land Values that are created by the whole community. We are a voluntary group working for land reform within the Labour Movement. Our members are members of the British Labour Party, Trade Unions and Cooperatives, or are individuals who support our aim to share land wealth through Land Value Taxation.
La Campaña Tierra para el Trabajo aboga por una distribución más equitativa de los valores de la tierra creados por toda la comunidad. Somos un grupo de voluntarios que trabajan por la reforma agraria dentro del movimiento obrero. Somos miembros del Partido Laborista británico, de los sindicatos y de cooperativas, y personas que apoyan nuestro objetivo principal: recuperar para la sociedad el valor de la tierra mediante un impuesto a su Valor.

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