jueves, 6 de mayo de 2010

La Revolución inconclusa, participemos de ella.


Querido Guillermo:
Cometo el pecado de hablar sin haber leído el libro, de modo algo imprudente lo haré, visto el "aluvión" de escritos que sobre la Revolución de Mayo leo en avisos y veo librerías. Lo hago porque me importa que conozcas mi modo de pensar ante esta avalancha que el Bicentenario, en alguna manera, explica.
La historia humana, la de cada individuo y de su sociedad, es un proceso de continuos "presentes". Medidos por el sistema planetario solar, los hombres nombramos a esos presentes como días, meses y años, incluso, siglos. Pero en cada "presente" que de manera continuada integra todo proceso evolutivo, se entretejen un pasado que esta dejando de ser y un futuro que merece emerger. Sin embargo, en la homogeneidad evolutiva de los presentes, los hay unos que están mas cargados de pasado, en tanto que en otros, de pronto, no importa si por razones internas o externas, nacen las chispas que provocaran el alumbramiento de un inédito modo de ser. La novedad dentro de lo que ya viene siendo. A veces cuesta reconocerlo, como nos cuesta ver una madre en gestación en la mujer embarazada hace un par de horas.....
Vista así las cosas, examinando los acontecimientos del "presente" denominado "Revolución de Mayo", uno puede puede optar por considerarla como el periodo que corre del 24 de mayo a la noche hasta el fin del 25 a la tarde, o mas bien desde las invasiones inglesas de 1806 a 1810 o desde del retorno de Belgrano en 1794 hasta el derrocamiento del Restaurador en 1852. Recomiendo para la acción política esta visión amplia, pues registrando las reiteradas reacciones de la "Argentina Antigua" (pre 1810), con la moderna que puja por salir , tomamos conciencia , lo que así lo vean y deseen, que ella es una revolución inconclusa y que aun hoy, 2010, podemos participar en ella.
Cuando se extraen de las arenas de un placer del río, casi todo en el cedazo es arena; apenas si reluce alguna pepita de oro. Pero ella puede ser la señal del yacimiento. Así hay que apreciar las "fuerzas morales" que comienzan a emerger en una sociedad, Aisladamente, en unos pocos individuos, Cuando eso ocurre si se les suma una "masa critica”, se desata una fuerza política, se ha iniciado el cambio que denominamos "revolución". Las acciones son siempre materiales; pero las motivaciones son espirituales. En Mayo las iniciales y aisladas motivaciones se gestaron en el seno de la Argentina Vieja. Asomaba la Argentina Moderna. La que al Centenario habría de refulgir ante los asombrados ojos del mundo en entero.
Desde esta perspectiva uno debe ver que la joven Argentina emergía gracias a dos pequeños pero cromosomas, incrustados en aquellos alborotados y polvorientos días de Mayo: el convencimiento que todo hombre debe ser libre y dueño del fruto de su trabajo. Y, que tales posibilidades exigían - con carácter absoluto - un barato acceso a la tierra. En 1813 resonaban como "ley de libertad de vientres" y "ley de enfiteusis". Sin la segunda condición material, lo primero es una ilusión.
Esos fueron los embriones o los cimientos del orden social imaginado en la Revolución de Mayo. Quien no vea esto, carece de visión histórica o es daltónico espiritual. Puede que tenga en su cedazo libresco toda la la arena del río, pero no distingue a las pepitas.
Mi interpretación es del sentido histórico. Del sentido que portan ciertos hechos por pequeños que fueren y entremezclados que con otros vengan. Ejercer este sentido es una tarea mucho más importante que la dedicada a exhibir conexiones entre multitud de hechos materiales, Hoy - al Bicentenerario - mas necesario que la comida, es comprender que la Revolución de Mayo, fue y es el impulso nacido para constituir una sociedad de hombres libres, dueños del fruto de su trabajo, iguales por su dignidad humana, relacionados por reciproca fraternidad. y que para esos fines necesitan constituir una especial sociedad. Una que por la armonía reinante entre sus miembros se pueda decir de ella: "He aquí una sociedad justa de hombres libres".
En tales términos, la Revolución de Mayo, iniciada hace 200 años, para los argentinos sigue siendo su tarea política más importante. Sin este sentimiento, todo lo que se diga, escriba y haga , no pasa de ser un seco ritual incapaz para recobrar la lozanía de la vida que Mayo prometió..
HECTOR SANDLER

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