jueves, 4 de noviembre de 2010

EL MODELO NEOLIBERAL: AUGE Y CAIDA


"el mas grande logro de la derecha conservadora de la antigua barbarie romana, es haber conseguido que la izquierda acepte sus premisas básicas "la apropiación privada de la renta publica y el sistema de impuestos" he aquí las bases de "EL MODELO NEO LIBERAL" que tiene opreso al mundo civilizado" G. Andreau

LA PAPARRUCHA DEL “EL MODELO”
Raul Girbau, economista

REFLEXIONES AL FIN DEL AÑO 2010
Por “modelo”, en general y en buen castellano, se entiende una obra ejemplar tenida en mira para construir una obra de ingenio y cumplir las acciones morales. Para hablar de “modelo” en materia de orden social – en especial de orden legal y económico – no basta con recurrir a palabras que suenan bien a los oídos, en particular a los de los más necesitados.

Es puro palabrerío creer que se caracteriza a un “modelo” por palabras altisonantes que a nadie pueden caer mal, tales como “inclusión social”, “reparto de la riqueza” o “justicia social”, entre otras parecidas, cuando reina la injusticia, es pésimo el reparto de la riqueza y los excluidos de la vida social y moral suman millones. Con esa encantadora palabrita para nada se muestran claramente las vigas maestras a remover, propias del régimen imperante antes del 2003 y ni explican las instituciones legales con las cuales se pretende conseguir la “reforma de la constitución real” del orden social para alcanzar un “orden ejemplar”

Fue cuando asumió el extinto presidente Kichner cuando se comenzó a usar (y abusar) de la palabra “modelo” para definir el nuevo orden social al cual se aspiraba. Se machacó con esa palabra sin cesar durante todo su mandato y se continua machacando hasta ahora - con mayor fuerza – tras su imprevisto deceso. Todos los funcionarios a cargo del Estado y en especial la presidente afirmaron y afirman una y otra vez que no solo se continuará construyendo el “modelo” sino que se lo profundizará.

Tales discursos han sido y son insustanciales. Mentiría o desconocería la realidad quien sostuviera que siete años después de actuar el gobierno de los Kichner, al año del Bicentenario, “la situación” económica social, sigue igual a la del 2003. Nadie puede negar que, en grueso, hemos salido del abismo en que caímos en los comienzo del 2000. Pero tan favorable cambio de “estado de cosas” nada predice que haya cambiado la “constitución real” de nuestro orden social. Dicho de otra forma, nada muestra que se ha materializado el “modelo”. La Argentina, desde los años 1930 hasta la fecha, ha vivido repetidos procesos semejantes, con una duración aproximada de 7 años. Hundimiento de la economía, grave desorden social y político y recuperación gracias a algún específico “viento de cola”. ¿Ante esta repetida experiencia, quién puede desechar el temor que la ascendente curva iniciada en el 2004 no haya alcanzado su cúspide y se encamine, como todas las anteriores veces, hacia la crisis del Septimio?

No es mi intención entrar a discutir esa posibilidad, nada improbable vistos ciertos números y comportamientos sociales. Mi interés se limita en este caso a transcribir un informe del ICEPAL escrito justo en el año 2004. Para que el lector lo lea a conciencia. En él no se tienen en cuenta los “vientos de cola”, sino que se hace hincapié en ciertas instituciones legales incrustadas en las “vigas maestras” del orden económico argentino. Instituciones legales que lo afectan de tal modo que inexorablemente conducen, tras la prosperidad a la noche de una nueva crisis.

Me propongo que el lector lea ese documento testimonial del 2004 con serena reflexión y observe cómo durante todo este septemio supuestamente guiado por el “modelo”, se han mantenido en pie las vigas maestras de la “constitución real” de nuestra economía. Desde este punto de vista y más allá de destellantes signos y apariencias, el gobierno de los K ha sido un gobierno “conservador”. Conservador de las mismas leyes que acarrean tenebrosas crisis. Las que por su repetición crónica, nos apartaron de la lista de países confiables y con ello de la ruta del progreso. Me refiero a la conjunción que forman el Código Civil, en cuanto regula la institución de la propiedad de la tierra, urbana y rural, y el régimen de impuestos, caracterizado por castigar al trabajo, la producción y el consumo, e ignorar cómo algunos pocos particulares se enriquecen sin trabajar gracias a beneficiarse con la renta del suelo, obra de todos.

ANALISIS HECHO EN EL AÑO 2004 IMPUESTOS: EL MUNDO DEL REVÉS

Todo habitante de la Argentina, sin excepción alguna, tiene la obligación cívica de reflexionar sobre el sistema de impuestos creado por leyes contrarias al noble espíritu de la Constitución Nacional. El actual sistema entorpece a la actividad económica, obliga a abandonar de la patria, genera condiciones para la guerra civil y somete a las instituciones civilizadas y a la democracia a tensiones insuperables.
Para reflexionar solo dos cosas: usar el sentido común y no enredarse en las logomaquias de los expertos en la materia. Éstos no son mala gente; pero han estudiado una falsa ciencia y ganan su pan aplicando un saber que sostiene ese perverso sistema.
Basta repasar el nombre de las principales leyes de impuestos, tomados de las actividades económicas llamadas en la jerga “hechos imponibles”, para ver la racionalidad del sistema en su conjunto. IVA es la sigla del impuesto al valor agregado. Agregue valor a una cosa y se le quitará a usted la quinta parte de ese valor. En buen romance, valorice algo con su actividad económica y será saqueado en proporción al valor creado.

Hay que exportar cada vez más, es la consigna de todo gobierno. Pues exporte usted y se le quitará buena parte del precio. La ley crea impuestos a la exportación. Producir más es lo que exige cada gobernador de provincia. La ley de impuesto a los ingresos brutos lo obliga a pagar venda o no su mercadería,
¿Se ha puesto a pensar alguna vez cuáles de las numerosas cosas que usa cada día las ha producido usted mismo? Me atrevo a decir que ninguna. ¿Leyó bien? ¡Ninguna! Sin embargo desayuna, almuerza, viaja, usa herramientas, confecciona ropa, cocina y vive más o menos satisfactoriamente sin producir nada de lo que usa. ¿Cómo es posible? Por la fantástica división del trabajo. Millones de desconocidos trabajan para usted y usted con lo poco que hace, trabaja para millones. Todos trabajamos para vender y lo hacemos porque ello nos reporta una ganancia. ¿Qué ha hecho el legislador? Ha creado el impuesto a las ganancias.
¿Cómo se puede recuperar la economía argentina con esos dislates?
Pero si se apela al saqueo impositivo es porque el Estado no cobra lo que debe cobrar.
Durante casi un siglo funcionó una fuerte industria textil que expendía en la tienda La Piedad ubicada en la esquina de Cerrito y B. Mitre. Cerró sus puertas hace 35 años, no por aburrimiento, sino por el orden económico argentino cuya espina dorsal es el sistema de impuestos. El edificio quedó prácticamente vacío hasta el 2002. Ahora ha sido demolido y como terreno baldío, funciona como playa de estacionamiento. Una biopsia de la historia económica argentina.

La tragedia ha sido para industriales, comerciantes, trabajadores y consumidores. No para el dueño del terreno. Según La Nación (Clasificados 23/02/04) se lo ofrece en venta en 4 millones de dólares. ¡12 millones de pesos! El terreno no tiene nada de especial, salvo la ubicación. “No existen terrenos así en el mercado actual con esa superficie y ubicación”, dicen los intermediarios. Tener frente a dos calles concurridas, a pasos del subte y del Obelisco, hace de él algo especial. ¿Pero quienes hicieron las calles, el Obelisco, el centro de la Ciudad?. No precisamente el propietario. Pero ese no hacer nada le reportará una millonada de dólares no ganados, a pagar por quienes quieran producir. No soportará por esa inactividad ningún impuesto semejante a los que castigan al trabajo, la producción, la inversión y el consumo. ¿No es para pensar que hemos legislado el mundo del revés?

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