viernes, 17 de febrero de 2012

Tras su manto de neblinas. Correspondencia.

"Opinión. La Civilidad Urbana. Malvinas. La 5PATA"
www.la5pata.com/inicio

La situación actual de Malvinas Argentinas, desde ya, es muy diferente a la que se dio entre 1829 y 1833, y también muy diversa a la de 1982.

El camino actual proporciona otras posibilidades, independientemente de hechos violentos y reiterativos dentro de nuestro país, como desabrocharse la camisa a la altura del pecho por Malvinas. Como si no supiéramos de qué y hasta dónde son capaces los ingleses. No van a renunciar a lo ilegítimo, no van a conceder. Y nadie puede pensar en otra guerra porque sería el absurdo mayor.

La emancipación Malvinense a nuestro legítimo favor, es un tema que la movilización en las calles no puede resolver directamente, tampoco aportar algo, no porque no deba, sino porque la decisión es política, histórica y al más alto nivel. En este sentido, apoyar o criticar a la Presidenta, o golpear a Díaz Bancalari no resuelve nada. Menos aún cuando lo que se busca es una pensión, a mi juicio merecida, aunque se haya estado en la zona continental durante la Guerra fabricada por la Dictadura en el 82, pero que nuestros legisladores, los mismos que auto-incrementaron sus dietas, hasta ahora no se ocupan de resolver.
Tampoco es un avance aplaudir discursos que en este momento cualquier gobierno pondría en práctica, ante la naturaleza de los hechos y la época actual.
Acorralados todos en un mundo global, y con cambios notables en el mediano plazo en política internacional, sumado a nuevas potencias emergiendo en oriente y con Brasil aquí al lado, y considerando que Argentina no es a los ojos del mundo la de 1982, la única solución es ir poblando Malvinas de argentinos, sin violencia. Comenzar por lo que podríamos llamar; Un emprendimiento de “Civilidad Urbana”.
¿Puede un argentino hoy radicarse en Inglaterra? ¿Puede un inglés venir a vivir a Argentina? Políticamente y estratégicamente, y tomando un horizonte de veinte a treinta años, al menos diez familias argentinas deberían radicarse en Malvinas, con el único fin de trabajar y producir, multiplicándose de a poco. Esa sería, la más certera reconquista, para lograr en el plazo mencionado, no solo una ocupación civil importante, sino lo socialmente vincular para convivir con cada Kelper. ¿Utópico? tal vez, sobre todo porque en algún momento los ingleses pondrían trabas elementales además de las que ya existen, pero es el único camino probable. Y esa y no otra es la propuesta que hay que llevar a la ONU ahora que ha aceptado mediar en el conflicto.

Los ingleses no van a entregarlas, no anida en la mente inglesa devolver una porción de su conquista, a no ser que se negocie por algo mayor. Históricamente han sido así.
Argentina debería recuperar los pasos que por razones de fuerza y por la naturaleza de aquellos días, Luis María Vernet y Antonio Rivero, perdieron.

Vernet llegó a Argentina a los veintisiete años. Provenía de Norteamérica, de una familia francesa, Hugonota. Por su habilidad comercial y la relación con Jorge Pacheco a quien conoció aquí, obtuvieron la licencia para la producción del ganado vacuno y la explotación de los lobos marinos de la Isla Soledad. Allí se radicó Venet, y no tardó en ampliar cada uno de los rubros, comenzando rápidamente por la cría de ovejas, y de caballos, y hasta se encargó de que viajaran científicos para un mejor conocimiento de la isla.
Para 1829 ya la había ocupado en forma completa. Trabajaban familias enteras, produciendo, urbanizando y recuperando construcciones destruidas. Fue para el diez junio o poco después, que decidió establecerse definitivamente en la Isla Soledad. De tal modo que su nombramiento, visible para la política continental en esos momentos, no se hizo esperar, y lo nombraron Primer Comandante Político Militar en las Islas Malvinas. Juró bajo la bandera asumiendo el cumplimiento de la legislación argentina, además del cuidado de sus costas y de la riqueza ictícola del lugar. Pidió lo necesario para la construcción de un fuerte y allí mismo ubicó cada cañón. María Sáez, su esposa montevideana, allí fue, a vivir con él. En meses, las islas contaron con unas ciento treinta familias radicadas. Lo producido era trasladado a Buenos Aires y a otros puertos. Las Islas Malvinas, inspiraban prosperidad.

Los problemas comenzaron cuando los navíos norteamericanos e ingleses en su mayoría, y de otras banderas, cazaban y pescaban indiscriminadamente y se negaban a pagar el derecho de anclaje que Vernet insistía en cobrarles. En 1831, en el mes de agosto, Vernet no teniendo más opciones, capturó la Goleta Harriet, incautando su cargamento. En nuestro continente, Norteamérica mediante su cónsul desconoció cada derecho argentino, y antes de fines de ese año, la corbeta de guerra USS Lexington, llegaba a Puerto Soledad, Sillas Duncan la comandaba. Destruyeron media isla, y tomaron prisioneros a los pobladores, llevándolos a Montevideo. En 1832 Francis Bayles, responsable de Negocios de Estados Unidos en Argentina desautorizó a Vernet y pidió la entrega de los bienes que había capturado, y como si fuera poco, desconoció los Títulos Argentinos sobre las Islas y exigió una indemnización para su país. Era norteamericano, no inglés. Rosas, le entregó su documentación
estadounidense, y lo hizo salir de Argentina, declarándolo “persona no grata”. En 1833, Vernet fue reemplazado por José Francisco Mestivier. Luego fue el turno de José María Pinedo y allí mismo, al poco tiempo de ser gobernador argentino en las islas, el capitán John James Onslow arribó al frente de embarcaciones británicas, invadiéndolas. Atacó Puerto Soledad. Ahí es donde entran los ingleses. Vernet murió en 1871, y no regresó a las islas, políticamente fue impedido de hacerlo. Había dado demasiado.
No sería honesto, pasar por alto aquí, la resistencia que se libro sobre Malvinas en el año 1833, cuando los gauchos que la habitaban y habían acompañado a Vernet, enfrentaron a los colonizadores. Los mandaba el Gaucho Rivero. No contó con ayuda del continente, donde políticamente se libraban otras batallas, Rosas aun no lograba ser el caudillo que sería años después, y por esos largos meses hacía poco había terminando su primer gobierno, en 1832, no quiso la reelección. Y decidió avanzar a la expedición del desierto. En las Islas, Rivero sigue solo con un puñado de hombres, y enfrenta a los ingleses, es el 26 de agosto de 1833. Hay sequía en Buenos Aires, y la casa Baring exige el pago del crédito de 1824 que pidiera Rivadavia. Con Rosas de Campaña, su mujer Encarnación Ezcurra le escribe a su marido desesperadamente, porque algo se huele, algo se viene encima, no se equivocaba, era la Revolución de los Restauradores.

En Malvinas, Onslow deja al mano al irlandés Williams Dickson y parte hacia su país. Antes le encarga a Dickson que suba la bandera inglesa cada vez que un barco se acerque.

El 26 de agosto, el entrerriano Antonio Rivero con ocho hombres que no sabían leer ni escribir, atacan el establecimiento central, matando a cinco colonizadores, entre ellos al mismísimo irlandés Williams Dickson, que además era el encargado de la proveeduría, y a Simón, el capataz que había tomado partido por los ingleses. Después bajaron la bandera inglesa y subieron la argentina. Los moradores de las islas, en las semanas que siguieron, se desbandaron primero y después se fueron acomodando. Los ingleses y quienes los apoyaban, un grupo muy reducido, se instalaron en lo que llamaron el Islote Peat. Así convivieron, sin molestarse, hasta que cinco meses después, en enero de 1834 vieron las velas de las embarcaciones.

Las naves de su majestad regresaban. Los gauchos resistieron mientras se iban internado en las islas, pero los ingleses recién llegados eran numerosos. Aun así, crearon expediciones para enfrentarlos e ir a buscarlos. Cuando los capturaron, los trasladaron con grilletes en los pies hasta Inglaterra para juzgarlos. Pasaron semanas, y el ministerio inglés, aconsejó que fueran liberados, pese a la insistencia de la armada. Finalmente los embarcaron hacia Buenos Aires.
Aquí se extravía para los historiadores (yo no lo soy), la documentación acerca de Antonio Rivero. Aunque algunos insisten en que tiempo después perdió la vida peleando para la Confederación, en la batalla de La Vuelta de Obligado.

Regresemos a nuestros días. Interesar a la ONU, con que algunos argentinos vivan en Malvinas, no es descabellado. Un derecho nos asiste si persistimos en los sucesos de dos siglos.

Así y todo, va a costar. La pregunta es, de tanto desocupado, de tanto idealismo, de tanta marcha, de tanto argentinismo en definitiva, y superados los obstáculos legales que deberían prosperar por cancillería; ¿Quién se anima? ¿Quién quiere de a poco ir poblándola como hizo Luis María Vernet, dejando todo de sí mismo, hasta que le retiraron el apoyo continental desde estas tierras? ¿O como lo hizo Rivero y su peonada, pero esta vez, civilizadamente y construyendo? No son inglesas, nuestras islas.

Somos cuarenta millones en un territorio generoso de provincias vacías, y todavía, nos faltan las Islas Malvinas.

Es una alternativa política y social válida desde la estrategia, pero solamente un gobierno puede iniciarla. A otros les tocará analizar los intrincados laberintos legales.

YAYO HOURMILOUGUE.

RESPUESTA
Ignoraba algunos de los muchos detalles que usted relaciona, aunque no lo grueso de la historia. Más que por su cuidadosa exposición, me permito felicitarlo por la actitud que adopta y la perspectiva desde la cual contempla el problema Malvinas en la actualidad. A la conocida propuesta, casi legendaria, "si quieres la paz preparate para la guerra", opone usted - cosa por la que lo felicito - "si repudias la guerra (que sera siempre un crimen - Alberdi) debes prepararte tu y preparar a tu gente para la paz". Este es el recto camino. Sin embargo no fue el que se emprendiera. Desde el inicio del siglo XX , si nos atenemos al sentido de los verbos aplicados a describir la realidad, se aprecia una falla en la cultura argentina. Muy distinto significado tienen los verbos "ser" y "tener que ser" (o deber ser). Quienes comenzaron a repetir como sonsonete "Las Malvinas son argentinas" expresaban un sentimiento. Pero con el verbo "ser" no describían la exacta realidad politica/geografica. Es imposible imaginar, supongamos, la sorpresa de los alumnos porteños si su maestro comienza sus clases escribiendo en el pizarrón "Buenos Aires es argentino". . Lo tendrian por chiflado y no duraría en su cargo. Porque hasta el mas tonto de sus alumnos sabe que Buenos Aires es argentino. En cambio el eslogan tenido por indiscutible ( "Las Malvinas son argentinas") niega el hecho (tomese la dimension que se quiera) de que por el momento no lo son , almenos en el recto sentido del verbo ser. Pudiera que convenga a los argentinos que lo fueran "en su medida y armoniosamente". Aceptable hubiese sido (como una vez antes) que en las fuentes de la cultura argentina se hubiere discutido la cuestión de las Las Malvinas en el sentido que debían ser pobladas y gobernadas por argentinos. Pero en 1982 , considerando la plena realidad, comparada con las otras provincias, no eran argentinas, al menos no completamente. Plantear un problema politico. exige mayores analisis. Desde luego que estos analisis no sirven para caldear los animos. Pero es el unico camino para descubrir y medir al problema en sus exactas y variadas dimensiones. Esto incluye considerar los procesos ocurridos y acumulados por el turbulento rio de la historia. El problema Malvinas no es hoy el mismo que fuera en los tiempos en que el solitario Vernett (que ni siquiera era argentino) arribara sus orillas para revivir, a su manera, la figura de Robinson Crusoe. En 1982 las islas ya no estaban vacias ni yermas. Habian sido pobladas por miles de familias integrantes de otro orden cultural, legal y politico desde hacia casi dos siglos..Mas el hechizo nacionalista odia esos analisis , pues insiste en que "hay razones del corazón que la razon no entiende".. Pero tales hechizos no carecen de efectos: enciende el corazon de la masa y cancela el seso de los individuos. Un sonsonete educativo iniciado desde la niñez, consistente en contar una parte de la realidad e ignorando las otras partes mayores ( equivale a mentira) es aparentemente inocuo. Pero dada ciertas circunstancias no solo genera sentimientos , sino que éstos pueden cristalizar en una "opinión pública" voluntariosa , fundada en el "por que sí", porque cree que lo que sabe, todo el mundo lo "sabe", pues todas las razones estan de nuestra parte. (Todos, salvo los que discrepan, es decir los antipatriotas). Tales sentimientos arrollan a la razón y cancelan al criterio. Así se dio, entre muchos otros terribles casos de la historia humana, el antisemitismo en toda Europa (y no solo en Alemania) a partir del siglo XIX. Fue la base emocional que remato en el Holocausto que hoy escandaliza hasta a quienes lo practicaron. Con esos sentimientos nadie debe jugar y menos que menos la clase culta, los políticos y los gobernantes. El estado emocional sobre el asunto Malvinas , cultivado por décadas, explica el increíble hecho ocurrido en 1982. De un dia para el otro la mayoria de los argentinos (incluyendo a la mayoria de los exiliados perseguidos por la dictadura), no dudó en ponerse a las ordenes de un Gobierno bien acreditado como genocida. Aquella base emocional los impulso a omitir toda consideracion por los Derecho Humanos (los nuestros y los de los kelpers). La posible recuperación de las Malvinas los unió postergando asi los valores que decian defender.. Me he permitido estas reflexiones sobre las suyas, mucho mas valiosas, porque mezquinos intereses nos estan apartando del camino una vez más. ¿Con que base moral puede una República pretender recuperar para si unos miles de kilometros cuadrados, poblado por gente culturalmente extraña, cuando el 85% de su poblacion vive hacinada en unos 50.000 km2, a pesar que esa Republica ejerce el dominio sobre un territorio continental que frisa los 2.700.000 km2? Los gobernantes argentinos y aquellos que lo acompañan en su afan reivindicatorio de las islas, no estan en condiciones de aclarar el disparate del hacinamiento urbano argentino. Ignoran el pésimo arte que han tenido en dictar sus leyes civiles e impositivas. ¿Le explicaran a los kelpers lo bueno que es pasar a formar parte de un pais en el que casi un cuarto de su poblacion (Unos 12 millones de personas) carecen de.vivienda ni cuentan con posibilidad de adquirir, mas no sea, un lote de terreno con el fruto de su trabajo? ¿Cual es el encanto de ser parte de un pais en que todo logro social (si es que lo es en serio) es presentado como un "conquista"·conseguida en una sordida lucha por intereses confusos y confundidores? Hay, como bien dice ud. un derecho expectante a favor de la Argentina para que las Malvinas sean otro estado (¡no más provincia, por favor!) en el orden politico federal argentino. Pero los que con razon demanden eso tienen un deber pendiente previo: han de acreditar que en nuestro territorio continental ellos mismos luchan de modo consistente, en serio y con eficacia, para que la Constitucion de 1853 dictada "para todos los hombres que quieran habitar el suelo argentinoi".tiene efctiva vigencia. Que los ideales de libertad individual, igualdad de trato y de fraternidad de relacion , son los valores mas respetados en la Argentina continental. El aspecto general de la Argentina, desde mediados del siglo XX ha sido por completo contrario a ese mandato constitucional.y esos ideales. Desde esa epoca millones de argentinos han emigrado y otro tanto , especialmente los jovenes, trabaja y estudia con el sueño de emigrar. Expliquen los argentinos a los kelpers que les ofrecen incorporarse a un pais en que la tierra es accesible a los trabajadores que la requieran (por que no es una mercancia que se pueda comprar y vender para especular). Que ese paraiso se ha conseguido gracias a haber revivido por ley a los ideales de Mayo en materia agraria y que, por lo tanto, practicamente, no hay impuestos que graven al trabajo y la inversion de capital. El dia que los argentinos puedan avisar a los kelpers que un nuevo derecho territorial y fiscal rige en el pais (en lugar del anciano derecho romano de propiedad del suelo y del barbaro regimen actual de impuestos, creados para castigar al emprendedor, al trabajador y al consumidor) , ese dia, ,preparemonos para recibir (como a mediados del siglo XIX : tierra barata y no impuestos) a millones de emigrantes agobiados (o "indignados") en el mundo actrual. A la cabeza la mayor parte seran kelpers.Entonces nada ni nadie podra evitar que las Malvinas sean totalmente argentinas.
Hector Raul SANDLER

Estimado Héctor, agradezco. Usted ha venido a enriquecer mi comentario.Y su desarrollo tiene panegíricos que no puedo dejar de compartir. Unos cuantos, pero éste;

(Alemania) ..."Fue la base emocional que remato en el Holocausto que hoy escandaliza hasta a quienes lo practicaron(...)"....es real. Hitler se inspiró en artistas de ópera para practicar sus gestos ante la masa, y supo que era necesario el discurso violento en una etapa emocional.

No es que no vaya a suceder algo parecido, y estamos lejos de eso, pero lo similar es que sin gobiernos que corrigan estas situaciones, (por el contrario, las profundizan provechosamente), lo cultural se estanca (o retrocede), y una cultura estancada no abre los caminos hacia políticas necesarias e innovadoras. De hecho en Argentina, la política es cíclica. Nos alejamos, confundiendo el derecho social, y lo popular, con lo burdo y masificado/masificante.

Y acerca de este párrafo;

¿Cual es el encanto de ser parte de un pais en que todo logro social (si es que lo es en serio) es presentado como un "conquista"·conseguida en una sordida lucha por intereses confusos y confundidores?...

...es real, no es preciso abundar demasiado.
El problema, que todos tenemos, los concientes, y los inconcientes, es que de no corregir aspectos culturales, y medidas económicas de la actual gestión, esto recién comienza.
Le dejo un cálido abrazo.
YAYO HOURMILOUGUE.

No hay comentarios: